Pese a la ‘bendición’ vaticana, el diálogo es incierto en venezuela
La intervención de Francisco no bastó para garantizar las negociaciones formales entre ambas partes. Debían comenzar hoy, pero ayer persistían las dudas.
El involucramiento del papa Francisco en las gestiones para que se concrete una mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela no bastó para garantizar el inicio formal de las negociaciones en la fecha prevista. Aunque el enviado del Vaticano a Caracas, monseñor Emil Paul Tscherrig, había anunciado la semana pasada que las conversaciones comenzarían oficialmente hoy, ayer persistían las dudas sobre esa posibilidad ya que una considerable parte de la coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) cree que no están dadas las condiciones para entablar un diálogo serio con el gobierno de Nicolás Maduro.
El presidente venezolano ha dicho públicamente que el oficialismo está dispuesto a asistir a la mesa, “llueva, truene o relampaguee”. Observadores y analistas coinciden en que el chavismo no tiene nada que perder si accede a las negociaciones; por el contrario, éstas pueden serle útiles para ganar tiempo en un contexto de creciente presión opositora en las calles y en el Parlamento.
En cambio, sentarse a la mesa de diálogo supone un dilema para la oposición, que hace pocos días afirmó que la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de suspender la recolección de firmas para convocar a un referéndum revocatorio contra Maduro este año constituye un “golpe de Estado” dado por el Poder Ejecutivo. Negociar con el oficialismo implicaría reconocerlo como un interlocutor legítimo.
Ayer, un grupo de quince partidos que integran la MUD pidió a la conducción de la coalición que fijara varias condiciones para asistir a la mesa prevista para hoy. En un comunicado, advirtieron que “no están dadas las condiciones para un diálogo” ya que “el régimen continúa promoviendo la confrontación política, la persecución, la violencia y el amedrentamiento contra aquellos que lo adversamos”.
El grupo de partidos pidió a la Secretaría de la MUD que dejara en claro que su participación en la reunión “sólo tendrá las características de un encuentro, y en ningún caso marca el inicio formal de un proceso de diálogo”. Agregó que “esta precisión es necesaria ya que es de público conocimiento que Maduro y su régimen tienen el soterrado hábito de utilizar el diálogo como un mecanismo de evasión de sus responsabilidades constitucionales, para ganar tiempo y burlar la lucha cívica del pueblo venezolano”.
El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, había dicho que la alianza participaría en el encuentro. Sin embargo, varios líderes opositores restaron valor a la cita y aseguraron que sólo es parte de las reuniones exploratorias. El grupo de partidos que suscribió la carta de ayer pidió, además, que a esta reunión sólo acudiera Torrealba, para dejar planteadas las “condiciones iniciales del diálogo”.
Entre otras cosas, la oposición exige la presencia en las conversaciones de la Organización de Estados Americanos, así como de todos los partidos miembros de la MUD y de representantes de la sociedad civil. Además, pide la liberación de lo que considera “presos políticos” y el fin de los “atropellos” contra la Asamblea Nacional, de mayoría antichavista.