Carreras y ciclos de cine homenajean al terror en halloween
festivales, Cada año hay más actividades para los fanáticos. Una horda de muertos vivos que persiguen humanos, trapecistas piromaníacos y vampiresas seductoras: un ejército de criaturas temibles aterroriza a Buenos Aires, que se prepara para celebrar Halloween con carreras, festivales de cine y hasta un can-can monstruoso para los fans del horror.
Halloween se celebra mañana con el ya tradicional Buenos Aires Rojo Sangre, el festival de cine de terror, fantástico y bizarro, que en su 17a edición reúne películas, charlas y talleres. Habrá seis presentaciones de cine nacional e internacional, y el festejo sigue hasta el 6 de noviembre, cuando termina la muestra.
Con un giro picaresco, los fanáticos del maestro del terror HP Lovecraft y de la ciencia ficción de Julio Verne festejan hoy con un show de vodevil steampunk, la moda retrofutu- rista que recrea a la época victoriana con impronta terrorífica. Cráneos decorativos, libros sobrenaturales de vampiros, y horror vintage con vampiresas bailarinas de can-can son protagonistas del evento. Además, habrá show de burlesque y exposiciones cinematográficas.
Los deportistas también tuvieron su susto, huyendo de un ejército de zombies en un tramo de 6,66 kilómetros en la Halloween Run, que en su segunda edición, aterrorizó la Costanera de Vicente López ayer por la noche. Con premio a los mejor disfrazados y pensada para grandes y chicos, la carrera reunió a unas 3 mil personas maquilladas. Esta carrera calienta los motores para la Zombie Walk, que el 20 de noviembre convierte al centro porteño en un apocalipsis de muertos vivos.
Pero los verdaderos fanáticos del terror en vivo enfrentaron a pirómanos satánicos, invocaciones al diablo y trapecistas colgados con perforaciones en la espalda con el Circo del Horror, que se presentó en el Konex adelantándose al Día de los Muertos. “Es un verdadero espectáculo de fenómenos no apto para los débiles del corazón: hay sangre, hay heavy metal y hay fuego. Parece sacado de una película de Darío Argento”, ríe Mariano Lerling, fanático de ese espectáculo.