Identifican a los asesinos del director de sigmar pero no logran dar con ellos
WhatsApp, por ejemplo, tiene un sistema diferente pero hay cierta información que se guarda y se puede conseguir. Nosotros estamos trabajando en agilizar los canales para conseguir la información más rápido”.
Sobre las dificultades que presenta intervenir una negociación que se realiza por esta vía, explica que se trabaja para llegar a los autores por otros mecanismos. “Siempre hay otra vía, porque en algún momento el sec uestrador tiene que dejar la comunicación y, por ejemplo, cobrar el rescate. Hay una parte que siempre sale de internet y va al mundo físico. Cuando realmente es difícil investigar por internet, porque las personas usan cifrado o mecanismos muy fuertes para el anonimato, la parte que está afuera es a la que le prestamos más atención”, señala a este diario Azzolin.
Entre las fuerzas de seguridad, sólo cuatro policías cuentan con divisiones especializadas en delitos tecnológicos: Federal, Bonaerense, Ciudad de Buenos Aires y la
la mafia china también utiliza esta aplicación para sus delitos, y lo hace en su idioma
más reciente: Gendarmería Nacional. Otras yerbas. La mensajería instantánea se utiliza no sólo para negociar secuestros exprés o extorsivos: también se usa para hostigar o amenazar. “Hay mucha ‘sextorsión’”, dice otra fuente consultada para este informe. En estos casos, la utilización de la tecnología ocurre en casi todos los hechos, ya sea a través de las redes sociales o vía mensajes de texto.
“El Código Procesal no está aggiornado a la capacidad de tecnología que usan los delincuentes. En Facebook, por ejemplo, la Justicia tiene que pedirle a la empresa, que está en el exterior, todos los datos de estas publicaciones mediante un exhorto internacional que puede durar más de un mes”, explican a PERFIL.
Otras organizaciones criminales, como la denominada “mafia china”, utilizan asimismo el canal de WhatsApp para negociar el pago de rescates por secuestro, con una dificultad extra para los investigadores: el idioma. Y los capos narcos también abandonaron las vías de comunicación más tradicionales. No sólo lo hacen por WhatsApp; también se comunican por Skype. Los investigadores del crimen de Roberto Chwat, el director de la tradicional editorial Sigmar asesinado por delincuentes que lo abordaron cuando llegaba a su casa de Vicente López, llevaron a cabo una serie de allanamientos en busca de los responsables, que ya están identificados.
Fuentes judiciales informaron que el fiscal de Vicente López a cargo de la causa, Martín Gómez, obtuvo datos acerca de los domicilios de los dos delincuentes buscados por el homicidio y ordenó la realización de ocho allanamientos en sus viviendas y lugares frecuentados, en la localidad de Villa Martelli y en el asentamiento conocido como Villa Melo. Sin embargo, al cierre de la presente edición no habían sido detenidos.
“Sabemos que se mandó una cagada porque lo vimos en la tele. El se debe haber visto también, y como sabe que lo están buscando se escapó”, afirmó la novia de uno de los acusados.
Ambos ladrones, de 22 y 30 años, fueron identificados con nombre y apellido por testigos que los reconocieron en los videos de las cámaras de la casa de Chwat difundidos por los medios de comunicación, dijeron los voceros consultados. Crimen y fuga. El hecho en el que murió el gerente de Sigmar ocurrió poco antes de las 21.30 del jueves pasado, La casa de la víctima, en Vicente López. Der: Roberto Chwat.
El crimen de Roberto Chwat, de 67 años, ocurrió este jueves a las 21.30 en Vicente López.
La víctima fue sorprendida por dos delincuentes cuando entraba el auto al garage de su casa. “Entraron, llamá a la policía”, le gritó a su mujer.
Chwat recibió un disparo en el tórax y murió una hora después en el hospital Vicente López.
Los asesinos escaparon sin llevarse nada, y hasta el cierre de esta edición no habían sido detenidos. en su casa de la calle Lisandro de la Torre 1640 –a cinco cuadras de la quinta presidencial de Olivos–, cuando los delincuentes se colaron por el portón del garage en el momento en que el hombre ingresaba con su vehículo.
Allí, Chwat tenía montado todo tipo de medidas de seguridad: cámaras, alarma y cerco perimetral.
La principal hipótesis de los investigadores del caso es que el gerente de la editorial de libros infantiles se resistió al robo o intentó atropellar a los asaltantes con el auto dentro de su propio garage, y por eso le dispararon un tiro que ingresó por el hombro izquierdo, le atravesó el tórax y salió por uno de los omóplatos.
La fuga de los delincuentes quedó grabada en videos de las cámaras de seguridad que el gerente tenía montadas en su cocina y en la puerta de entrada, en los que se ve a los dos ladrones a cara descubierta, ambos armados con pistolas. El portón del garaje del domicilio se cerró y, al quedar atrapados dentro de la casa, los delincuentes cruzaron la cocina y fueron a la entrada principal de la vivienda para huir, pero como la puerta estaba cerrada con llave, en uno de los videos se ve cómo con la culata de sus armas rompieron un ventiluz que hay sobre la puerta y escaparon con ayuda de una banqueta.
el caso