Sin tregua en la interna familiar de los Vannucci
Denuncias mediáticas cruzadas, dinero y enconos. Hoy, la relación entre Victoria y sus padres es nula: no se hablan, y ellos acusan a Garfunkel de mala influencia.
Los días de sol en Miami paseando en familia y disfrutando de la playa, las compras, todo quedó en el pasado. Uno que, si bien no es tan lejano –apenas un mes y medio de la última visita–, parece de otros tiempos. Hoy, la familia Vannucci está enfrentada. Por un lado, sus padres y una de sus hermanas se mantienen recluidos en los sendos departamentos que habitan en un edificio de Caballito, propiedad de Victoria, y decidieron no hablar más con la prensa; buscaron un abogado y aseguran que a esta altura nada los sorprende. Allegados sostienen que no están enojados, más bien “indignados, angustiados y dolidos”. Y que la situación “no tiene retorno”. En tanto, desde Miami Vannucci insiste en denunciarlos públicamente de ladrones y golpeadores. Esta semana adujo una descompensación producto de todo este lío mediático.
¿El detonante de esta guerra? Las mucamas de Victoria denunciaron públicamente que no se les había pagado lo correspondiente y que el matrimonio Garfunkel les debía dinero. La exposición mediática hizo que Vannucci hablara en los medios y dijera que ella le había dejado el dinero a su madre antes de partir a Miami. Entonces, la palabra “ladrona” no tardó en aparecer. Al mismo tiempo, trató a sus hermanas de “vividoras”. A partir de ahí el derrotero no paró.
A esto se sumó la aparición de unas fotos de Victoria y Matías en un cacería, que generaron el rechazo de la opinión pública, y una vez más Vannucci salió a hablar. Para justificarse, contó que su padre le pegaba cuando era chica y la trataba de “puta”. Acto seguido, comenzó a circular un video de una cámara de seguridad de la cocina de la casa de Garfunkel (en Belgrano) en el que se ve a los padres de Vannucci llevarse cosas en canastos y en las camionetas. Frases como “Si yo llevaba plata estaba todo bien...” y “Me dejó en el hospital” fueron de la partida. La consecuencia fue un sismo familiar. “Esta vez la situación no tiene retorno”, insisten desde el lado de la familia, que contrató al abogado Mauricio D’Alessandro para que los asesore. Sobre todo en lo referente a su situación habitacional, ya que los padres de la ex modelo –María Inés Godoy y Raúl Vannucci– viven en un departamento de dos ambientes y una de sus hermanas –Marianela– vive en otro similar en el mismo edificio, ambos propiedad de Victoria, quien esta semana envió a su contador para anoticiarlos de que quiere que se
“yo no soy una mantenida, y mi papá no pega”, dijo una de las hermanas
vayan de allí. “No somos ocupas: yo trabajo, mis viejos son jubilados y pagamos todos los gastos nosotros. Ella nos dijo que viniéramos hace un año y medio porque quería tenernos más cerca. Ahora en nuestra casa de Castelar está Maysa (otra de las hermanas) con sus tres hijos. Ella es ama de casa y está buscando un lugar donde alquilar para que nosotros nos podamos volver”, dijo Marianela. “Esto se volvió inmanejable, no lo podemos creer, es una novela. Mis papás están angustiados pero no tenemos nada que aclarar, porque mi viejo no es golpeador, mi mamá no es ladrona y yo no vivo de ella, trabajé siempre”.
A la hora de explicar por qué comenzó esto, María Inés fue contundente: “Miente para tapar otras cosas. Su vida es una mentira, es todo un acting. Ella ensucia y su marido es el libretista. Si el padre le pegaba, ¿por qué lo dice recién ahora? Matías es una mala influencia, está desequilibrado y es oscuro; ella no es la chica que yo crié”. Raúl, más escueto, sumó: “Jamás le pegué; lo dice para tapar las cagadas que se mandan ellos”.
La situación hizo que se tengan bloqueados en los celulares. Y la relación hoy es nula. De todos modos, no hay nada judicializado. Por ahora todo quedará en la tevé.