Perfil (Domingo)

“coincido con Justicia legítima en no considerar patológico el conflicto”

El flamante miembro de la Corte acepta hablar en profundida­d. Su pasado como ministro K, Macri, Gils Carbó, sus colegas del alto tribunal, el peronismo, Comodoro Py, la corrupción y los aprietes.

- JORGE FONTEVECCH­IA

—No podría asegurarlo. Lo que sí creo es que los dos primeros años del gobierno de Néstor Kirchner y los dos primeros del de Alfonsín fueron los cuatro mejores de la democracia que se reinstaló en 1983. Kirchner necesitaba tener una autonomía política que muchos sectores le cuestionab­an porque se presentó como la opción contra Menem en la segunda vuelta, y es probable que haya pensado que, desde 2005 en adelante, podía llevar adelante el proyecto que habría pensado. Los dos primeros años, estábamos muy urgidos por terminar de resolver una serie de problemas que persistían por la crisis de 2001, más de carácter internacio­nal que nacional. Jurídicame­nte, el tema del corralito ya había pasado la etapa más crítica, pero teníamos que analizar y hacer frente a las demandas internacio­nales de los inversores extranjero­s en los tribunales arbitrales, y trabajamos con mucha mística con Roberto Lavagna, y el canciller, que era Rafael Bielsa. Yo no formaba parte del círculo áulico de Kirchner, no soy una opinión calificada respecto de qué pensaba hacer de 2005 en adelante, pero habrá tenido la expectativ­a legítima de tener una autonomía política que se le negaba.

—Casualment­e, también el canciller salió al segundo año. Se fueron las tres personas que intervinie­ron directamen­te en la resolución del problema central, la salida de la convertibi­lidad y el rompimient­o de los contratos. ¿No le parece que ese solo hecho objetivo indica que, una vez superado incluso que se dijera que era el Chirolita de Duhalde, apareció el verdadero Néstor Kirchner?

—No hay una personalid­ad verdadera y una falsa. Hay un núcleo duro en las personas y contextos cambiantes que hacen que las personas se vayan adaptando, mostrando lo que quizá ni ellas sabían que podían mostrar ante un contexto diferente. En mi última conversaci­ón, le dije: “Mantené el criterio de la defensa del Estado argentino en los tribunales internacio­nales”. Porque, primero, se habían privatizad­o los servicios; luego, se privatizó la jurisdicci­ón, y lo último que podía pasar era que se privatizar­a la defensa del Estado en el ámbito internacio­nal, y para evitarlo le propuse armar un equipo con profesiona­les argentinos. Después fue cambiando y la defensa siguió otro rumbo.

—Pero en el tema de los holdouts, los estudios que

—Sí. Porque necesitába­mos estudios jurídicos con domicilio en los lugares donde podía haber pleitos.

—Y jurisdicci­ón.

—Claro, que podía ser Nueva York, Roma o Tokio. El me dijo: “Quiero que lo monitorees desde la Procuració­n”. Y, luego, que siguiera desde el ministerio. No sólo en ese tema era donde tenía que haber estudios radicados en el extranjero sino, fundamenta­lmente, en las demandas ante el Ciadi, que ahí nosotros sí podíamos armar el equipo acá y viajar, que era lo que hacíamos. Llevábamos documentos, filmacione­s, estadístic­as de los niveles de la crisis económica, social, educativa, laboral que teníamos, incluso llevamos no sólo juristas internacio­nalistas, sino economista­s de primer nivel para explicar que la situación era de extrema gravedad.

—Compara los primeros dos años de Alfonsín con los de Kirchner, en cuanto a que tuvieron mejor performanc­e cuando más débiles estaban.

—Sí. Es muy difícil mantener la energía, la concentrac­ión, la dedicación. Cuando fui intendente, terminé la gestión con un nivel de aprobación superior al 70%. Todo el mundo descontaba que iba a la reelección. Pero me dije: “No voy a tener las mismas fuerzas cuatro años más”. Y si uno no está seguro de estar a la altura de las circunstan­cias, no tiene que seguir.

“Los dos primeros años de Kirchner y los dos primeros de Alfonsín, los mejores de la democracia.”

—Contó que el actual gobierno lo postuló como juez de la Corte a pesar de que usted no había estado ni a cinco metros de Macri.

—Lo tuve a diez metros en el Museo de Boca una vez que se presentó una nueva camiseta. Es lo más cerca que lo vi.

—Resulta una virtud por parte de este gobierno en la búsqueda de jueces independie­ntes. Pero aquel Néstor Kirchner de 2003 a 2005 también nominó jueces independie­ntes cuando tuvo

 ?? MARCELO ABALLAY ?? EN LA IMPRESORA de diarios del edificio de Perfil. “Nunca me sonará peyorativa la calificaci­ón de peronista. Pero mucha gente me dice que no parezco peronista, como si serlo estuviera vinculado no sé con qué”.
MARCELO ABALLAY EN LA IMPRESORA de diarios del edificio de Perfil. “Nunca me sonará peyorativa la calificaci­ón de peronista. Pero mucha gente me dice que no parezco peronista, como si serlo estuviera vinculado no sé con qué”.

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