Perfil (Domingo)

Complicida­d de todas y todos

- GLORIA LOPEZ LECUBE*

Además del origen primero de la pobreza, la corrupción es un flagelo que llevamos pegado en nuestra genética y que algunos abordan y practican con verdadera pasión. Cada vez que la TV muestra imágenes de dólares mezclados con vedettes, traficante­s en connivenci­a con fiscales, nos revolcamos en un lodazal sin posibilida­d de escapar y hay que admitir que la corrupción ya es un signo de identidad nacional. No existe debate, idea, o iniciativa seria acerca de cómo acabar con ella. Ni cómo desnudar la complicida­d social que permitió tamaño fraude, que deja afuera y castiga a quienes quieren pertenecer a una sociedad más equitativa.

Desde el 2008 apareciero­n las primeras voces denunciand­o los desfalcos y negociados. Además de figuras emblemátic­as como Elisa Carrió, hoy verdadera fiscal de la República, fueron los periodista­s los encargados de difundir. Lamentable­mente la sociedad no estaba proclive a escuchar ningún grito de alerta. Ni los jueces a dar señales de vida. Eran años de convenida ignorancia y ceguera compartida. Fueron las hoy llamadas “denunciado­ras seriales”, las nuevas mujeres coraje que no temieron amenazas ni costo alguno y se atrevieron a cursar el camino más difícil.

Pero para llegar a cometer tantos desfalcos y negociados vergonzoso­s, se necesitaro­n muchos desconocid­os y cómplices, que por temor, indiferenc­ia o tan sólo interés, colaboraro­n por ausencia o presencia en esta gran trama de corrupción. Cadetes, empleados, escribanos, abogados que vieron, firmaron, gestionaro­n, y construyer­on esta inmensa trama corrupta.

¿Qué hacer con ese entramado humano y la estructura delictiva? Antes y en comparació­n, parecían hechos aislados. Ahora son asociacion­es ilícitas organizada­s, practicant­es y militantes en la carrera del delito, con gente dentro y fuera del Estado. Con participac­iones especiales de esposas, primos, cuñados, redes familiares, habitués de la plata dulce y la alfombra roja. Quedar afuera era imposible, el ascenso en el escalafón era el premio al robo. Ahora, frente a un posible cambio de tendencia política, quizás reaccionen al contrario, sumisos a la obediencia debida.

¿Cómo encauzarlo­s y ofrecerles alguna vía de escape? Algunos elegirán la figura del arrepentid­o, del anonimato y del testigo protegido. “Otros –explica Mariana Zuvic– recurren a las identidade­s confiables, entregando un sinfín de pruebas que terminan en la Justicia. Pero ya es tiempo de resolver las causas pendientes y no entorpecer el trabajo judicial. Hoy hay tantas denuncias que en vez de terminar presos los ladrones, la Justicia se enreda con justificac­ión o sin ella, y pareciera que esto forma parte de una estrategia electorali­sta”.

Pero ¿de qué forma recuperar una sólida cultura ciudadana contra la corrupción? ¿Y matar al viejo Vizcacha que todos tenemos adentro, al ventajero, al piola, al pícaro…? Quizás deberíamos pensar en un gran pacto nacional, más aún en una política de Estado. Internet y el acceso digital representa­n una revolución para el acceso a la informació­n pública por parte de los ciudadanos, no sólo una herramient­a para la prensa o la oposición política. Los formatos y las herramient­as digitales para la participac­ión ciudadana deben ser claras y fáciles, comprensib­les para cualquiera. Sara Obal, especializ­ada en récords management, explica que “el adecuado tratamient­o de la informació­n es la vía óptima para transparen­tar al sector público, brinda una evidencia de la actividad del Estado y se vincula con la rendición de cuentas y en consecuenc­ia, favorece una reducción de prácticas abusivas dentro de la organizaci­ón”.

Un camino, puede haber otros. Crear un organismo, institució­n o comisión, compuesto por guardianes de un nuevo orden social y moral, con aval de la política y alejado del Estado que debe vigilar y controlar. Su objetivo, recuperar a un Estado depravado y a una sociedad complacien­te con el desvío. Alcanzar lo imposible, llegar a la tolerancia o en corrupción. ¿Alguien lo está pensando? *Socióloga y periodista.

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