Científicos trabajan con diseñadores de moda en prendas y texturas futuristas
Un vestido que se r iega y crece, otro creado desde una impresora 3D, otros con fibra óptica que iluminan, texturas que reflejan los paisajes de la Patagonia: son algunos de los resultados de las creaciones de Proyecto Puentes, una iniciativa del Centro Cultural de la Ciencia, que reunió a di- señadores de indumentaria y científicos con el objeto de articular innovación científica y tecnológica con la creatividad del diseño.
Así, con el foco puesto en el cuerpo, el proyecto se convirtió en un laboratorio de ideas donde el trabajo de científicos que trabajan en áreas como la biología molecular, la in- teligencia artificial y la física sirvió de inspiración para que artistas y diseñadores realizaran nuevos diseños.
“Esta experiencia nos permitió ex plorar un mundo completamente desconocido a cada uno; yo estoy sentado todo el día en la computadora programando y escribiendo artículos, y de golpe me llegaba un mail con ideas de telas para que opinara”, cuenta Diego Fernández, doctor en computación, que trabajó en dupla con la diseñadora Carla Condo. Por el expertise en inteligencia artificial de él, eligieron hacer un vestido lleno de capas con distintos materiales, colores y texturas, donde cada una diera cuenta de las capas que atraviesan el cerebro humano y la trama de los pensamientos.
“Algunas capas tienen estampas que representan al objeto del que viene la palabra y su significado, otras tienen palabras impresas que se van metiendo en otras”, explica Conde, y agrega que “es como una especie de representación del cerebro humano y de estructura del pensamiento”.
Otra dupla fue la que conformaron las diseñadoras de Chain García Bello con la doctora en física Gabriela Capeluto, para quien “nunca falla cuando uno junta partes muy diferentes, de mundos opues- tos, como en este caso”. En su caso, las diseñadoras estuvieron durante todo un día en el laboratorio donde Capeluto y su equipo trabajan estudiando la luz y su interacción con la materia, para luego dar forma a un vestido que, según como se lo mire, se transforma en una camisa con una porción de textura.
“La parte del frente de la prenda se puede ver más resaltada según como se la vea. Lo que buscaron en la prenda es algo conceptual; tiene una parte impecable blanca, y otra de un material como si fuera un vinilo, y eso es lo que genera que se vea distinta la luz”, comenta Capeluto. “Estuvimos un día entero mirando las máquinas con las que trabaja su equipo, y a partir de la explicación que nos dieron de cómo eran las transformaciones que la luz produce en la materia tratamos de llevar todo ese trabajo a la escala del cuerpo”, agrega Lucía Chaín.
Todos los resultados podrán verse en un desfile que se realizará el sábado 26 en el Centro Cultural de la Ciencia, en el marco de las actividades programadas para todo noviembre, mes del diseño. Informe: Omar Millalonco y Giannina Nigro.