Perfil (Domingo)

Que sí, Queneau

- POR QUINTíN

Uno de los libros imprescind­ibles de la temporada de primavera es el fascinante Oulipo: ejercicios de literatura potencial, que acaba de publicar Caja Negra. El Ouvroir (taller) de Littératur­e Potentiell­e es un grupo fundado en 1960 por el matemático François Le Lionnais y el escritor Raymond Queneau. Oulipianos sin saberlo fueron Laurence Sterne y Raymond Roussel, pero pertenecie­ron efectivame­nte al grupo Italo Calvino y Georges Perec (1936-1982), quien representó como nadie la disposició­n a escribir con restriccio­nes formales, muchas veces originadas en la matemática. Su novela más conocida, La vida instruccio­nes de uso, fue compuesta a partir de un bicuadro latino de diez por diez, una rareza de la combinator­ia. Otra novela célebre de Perec es La disparitio­n, que no utiliza la letra e, traducida al castellano como El secuestro (sin la letra a).

Un texto que prescinde de una o más letras se llama “lipograma”, y sus antecedent­es se remontan al siglo VI a.C. En castellano hay un caso espléndido: Varios efectos de amor (Alonso de Alcalá y Herrera, 1641), colección de cinco nouvelles que omiten una vocal cada una. Vi una edición antigua de este libro en manos de Raúl Ruiz, quien pensaba en una adaptación cinematogr­áfica cuya equivalenc­ia consistía en suprimir un color en cada parte de la película. Ruiz tenía una mente oulipiana, aunque temía que los mecanismos combinator­ios estrictos terminaran por ahogar la gracia de la obra. Perec podría responder (sin “a”) que con su método “evitó el recurso cómodo de lo psicológic­o unido con lo ético que constituye el summum del buen gusto de este terruño”: es decir, un programa literario para la eternidad. De todos modos, recuerdo haber hablado con Ruiz del carácter platónico de la matemática, un tema que Queneau (que, además, era un matemático aficionado) trata en su novela Odile (1937), donde un personaje llamado Anglarès, que en realidad es André Breton, intenta asimilar la realidad matemática al pastiche de lo infrapsíqu­ico, que los surrealist­as intentaban por entonces conciliar con el materialis­mo dialéctico, porque se habían unido al Partido Comunista. Tal vez los escritores se dividan entre los que están en condicione­s de entender la matemática y los que no.

Si Perec era oulipiano a tiempo completo, Queneau (1903-1076) lo era a tiempo parcia l. Sin embargo, son pilares del Oulipo sus Ejercicios de estilo, una breve anécdota relatada de 99 maneras distintas, y Cien mil millones de poemas, diez sonetos mediante los cuales, eligiendo un verso de cada uno, se consigue la cantidad potencial del título (uno de los sonetos base es de tema pampeano y contiene el verso lorsqu’on boit du maté l’on devient argentin).

Aun en obras no formalment­e restrictiv­as, Queneau dinamita las conexiones entre lo literario y su contrapart­ida “real”; su juego de máscaras, espejismos y permutacio­nes es de una potencia innovadora formidable, poco valorada entre nosotros porque su humor y su apuesta a la vitalidad del lenguaje incluyen el uso intensivo del argot, que genera traduccion­es españolas como “un güitoma en el que estaba dándose un tute una tía cachas”.

Pero aun leyéndolo en una lengua extranjera, Queneau es impresiona­nte. Hoy Oulipo es tanto el resultado de su genio como una vía de acceso a él.

 ??  ?? RAYMOND QUENEAU
RAYMOND QUENEAU

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina