Las “reconvertibles” esperan detalles para decidir transformarse
La semana pasada, el Gobierno dio a conocer su “programa de transformación productiva” para asistir a las empresas que deban “reconvertirse” hacia otros modelos de negocios y las que quieran mejorar procesos y competitividad. El plan, está a cargo del Ministerio de Producción de Francisco Cabrera. “No es reconversión, es transformación”, apuntan desde Producción.
El programa está abierto a todos los sectores y, previo paso por un comité que definirá si la empresa aplica, puede acceder a los beneficios. Si bien prometen que el sistema será ágil, por mes se seleccionarán “hasta diez empresas”, a las que se les realizará un análisis de factibilidad.
Uno de los sectores que deberían adaptarse es el de electrónicos, en especial el vinculado a las notebooks, donde el Gobierno bajará el arancel de importación. En el sector ad- vierten que se ponen en juego unos 10 mil puestos de trabajo. “La situación de nuestra industria es realmente complicada”, evaluó Carlos Scimone, de Camoca, la cámara de “máquinas de oficina” que auspició un proyecto para el sector que presentó Axel Kicillof en Diputados. Sin embargo, la decisión del Gobierno está tomada, aunque se estiró un par de meses la baja de aranceles.
“A mí me hicieron llegar que era una ayuda para las pymes”, explicó el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adrián Kaufmann, sobre el plan oficial. En la central fabril, en tanto, tienen varias dudas sobre cómo funcionará el programa. “Si yo fabrico sombreros, pero resulta que la gente ya no consume sombreros, ¿me puedo sumar al programa?”, se preguntaba uno de los directivos de la entidad, frente a lo que considera casos de industrias “obsoletas”. El planteo es, en ese caso, si el Estado debe hacerse cargo o si sólo lo hará cuando responda a sus propias políticas de apertura comercial.
Otros sectores, en cambio, recibieron bien la propuesta oficial. “Tenemos empresas que deberían acogerse al plan de transformación”, sostuvo José Luis Ammaturo, titular de Camima, una de las cámaras metalúrgicas. “En lo personal, no creo que sea una amenaza sino algo necesa- rio. No creo que sean tantas las empresas que tengan que transformarse”, agregó.
La letra chica espera la reglamentación. Por el momento, el Presupuesto de la Secretaría de Transformación Productiva es de $ 200 millones. Sin embargo, la resolución que crea el programa entre Producción y Trabajo hace referencia al Fondear, que puede ampliar ese límite. “Está definiéndose. En dos semanas va a estar la reglamentación”, explicó el titular del área, Lucio Castro.
El costo fiscal total de la transformación dependerá de cuántas empresas se presenten. Además de la cobertura por seis meses con un “seguro de desempleo ampliado” también se promueve financiamiento para que otras firmas contraten a quienes pierdan sus puestos si la actividad no es viable o sufre por la apertura a las importaciones.