Una comisaría con la mitad de policías presos o apartados
Se trata de la seccional de José León suárez, donde funcionaba un desarmadero. tiene treinta efectivos. Pero en lo que va de 2016 quince fueron desafectados por delitos.
Rompieron las puertas. Pintaron las paredes. Prendieron fuego un camión. Incendiaron un depósito con más de cien motos. Destrozaron a piedrazos casi todos los vidrios. Fue hace cinco años. Pero nada cambió. La furia de esos vecinos, amigos y familiares de un adolescente de 13 años que había sido asesinado a tiros tuvo como blanco la comisaría de José León Suárez, curiosamente la misma que hace dos semanas fue allanada al descubrirse que funcionaba como desarmadero. Un dato sirve como muestra para entender la particular situa- ción que vive esta seccional: la mitad de los efectivos que prestan servicio allí fueron detenidos o desafectados por delitos graves.
Ubicada en una de las zonas más calientes del norte del Conurbano, la Comisaría 4ª de San Martín no logra imponerse a esos viejos fantasmas y mitos que señalan que el índice del delito es más alto puertas adentro que afuera. Hace apenas un año había sido allanada en el marco de la causa de los narcopolicías, que todavía tiene en prisión al ex comisario mayor José Luis Santiso, ex jefe de la departamental local.
En aquella oportunidad se hizo un inventario de las drogas secuestradas por el personal y se registraron los libros de guardia para investigar los turnos, procedimientos realizados, servicio y hasta traslados de móviles y detenidos. El comisario Ramón Martínez fue desplazado de su cargo. No era para menos. El oficial principal Daniel Gil, jefe del gabinete de investigaciones de la seccionales, había sido detenido el 10 de junio de 2015 por presuntos nexos con una banda de narcos que opera en San Martín. La sospecha es que informaba sobre posibles allanamientos, liberaba zonas y hasta se encargaba de recaudar el dinero sucio.
Como ocurrió con la pueblada de 2011, la última gran avanzada de la Justicia no habría modificado los viejos hábitos de algunos de los policías que prestan servicio allí. El hallazgo del desarmadero es una muestra cabal. Por esa acusación fueron detenidos el comisario Víctor Sánchez, el subcomisario Raúl Madruga y la ayudante Mariana Luna.
En lo que va del año, la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Se- guridad, a cargo de Guillermo Berra, desafectó a quince policías que trabajaban en la comisaría ubicada sobre la avenida Juan Manuel de Rosas. Siete de ellos –entre los que se encuentran los vinculados al desarmadero– fueron detenidos.
El número es alto. Sobre todo si se tiene en cuenta que la seccional cuenta con treinta policías. Entre los apartados figuran un comisario, un subcomisario, tres oficiales principales, un subayudante, un teniente primero, un sargento, un oficial inspector, un oficial subinspector y una oficial ayudante. Los delitos son variados: desde temas vinculados a drogas o alteración de documentación hasta connivencia con delincuentes y pedido de coimas. Unos verdaderos señoritos.
Hace un año fue allanada por una causa que investiga el accionar de narcopolicías