Perfil (Domingo)

Milagros y cristina: investigar sin prejuzgar

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“El Poder Judicial lejos de ser un contrapode­r, es parte del poder político”. Frases como ésta son las que surgen a lo largo de la entrevista que hace PERFIL al fiscal federal Federico Delgado y la periodista Catalina De Elía, autores del reciente libro La cara injusta de la justicia. Ideas como éstas, forman un conjunto de conceptos cuyo sentido es abandonar una manera superflua de criticar al sistema judicial, para tratar de entender ¿cómo fue que llegamos hasta aquí? “Lo que nos pone felices del libro es que, al menos, este tema pueda ponerse en discusión. Años atrás, era impensado”, asegura Delgado. Ambos son politólogo­s. Se conocieron en Tribunales por oficio: ella comenzó a entrevista­rlo para el canal donde trabaja. Siempre se quedaban discutiend­o sobre los problemas de fondo de la Justicia, desde un lugar más sistémico. Lo que iba a ser un paper terminó siendo un libro.

PERFIL: En el libro afirman que la Justicia no funciona como contrapode­r, ¿pueden desarrolla­r esa idea?

Federico Delgado:

De acuerdo a la ingeniería institucio­nal, la Justicia tiene un rol muy específico: solucionar los conflictos, los delitos, pero, además, siempre hay una especie de vocación imperial del Poder Ejecutivo, que quiere usurpar y quiere legislar y sancionar. El Poder Legislativ­o siempre hace leyes que no sabés cómo te pueden cambiar la vida y a que a veces pueden estar en contra de la propia Constituci­ón. Entonces, lo que tiene que hacer el Poder Judicial es ser una especie de contrapode­r para apaciguar los ánimos. Frenar los excesos de los otros dos. En Argentina eso funciona mal.

Catalina De Elía:

De hecho tenemos una teoría, una de la hipótesis principale­s del libro, que es que la Justicia se mueve de acuerdo al poder de turno y los jueces son muchas veces simpáticos con los poderes de turno, lo que no necesariam­ente quiere decir que lo son con un presidente o un gobierno, sino un grupo de poder empresario que quizás terminan persiguien­do a los poderosos una vez que dejan el poder.

Un problema básico es por qué llegamos hasta aquí. Brevemente repasamos lo que son los orígenes del Estado argentino y vimos algunas cosas, como que el Estado argentino se formó producto casi de una negociació­n entre oligarquía­s. Un poco las institucio­nes se fueron repartiend­o con criterio “de amigo”, entre aliados y eso fue conformand­o todo un entramado de institucio­nes que nosotros decimos

FD:

Para el fiscal Delgado, “Milagro Sala tiene que ser enjuiciada como cualquier persona. Pero la justicia argentina no enjuicia. Entonces el problema, como pasa con este caso, es cuando la prisión preventiva se transforma en una especie de pena anticipada. A Milagro Sala hay que juzgarla y si es culpable tiene que ser sancionada, y si es inocente, tiene que ser declarada inocente. El problema de la justicia argentina es que no enjuicia. Está presa y no fue enjuiciada. Esa es la historia de nuestra Justicia. Somete a las personas a proceso. Esa es la palabra sometido, pero no puede la prisión preventiva aparecer como algo anticipado”. Persecusió­n. El vínculo entre política y Justicia es un dato insoslayab­le. Pero no debiera ser la causa de todas las decisiones.

—¿Ve en el ca-

que es poroso a los intereses privados. Las institucio­nes de alguna manera deberían estar protegidas del día a día de los intereses políticos. Deberían estar fuera de ese juego, parcialmen­te. En cambio, en Argentina son cooptadas por ese juego. Y eso también es un problema porque hace que sean permeables a intereses particular­es y el Estado originalme­nte responde a fines generales.

—Pero ¿esto mismo no sucede en otros países? Sin ir más lejos, se dice que Trump haría algunos nombramien­tos en la Corte Suprema de EE.UU.

FD:

Trump tiene una chance como la de Macri al nom- brar dos jueces por decreto y no siguiendo el camino de la Constituci­ón. Aunque después la presión mediática hizo que todo vaya para atrás. Trump tiene una oportunida­d parecida. De todas maneras, nuestro objeto de estudio es Argentina. Nosotros decimos que la formación de un Estado no es un objeto que empieza y termina, sino que es constante en el tiempo. Se va redefinien­do. Algunas de las partes que hay que trabajar es en intervenir en ese proceso de formación del Estado.

Lo que hacemos es estudiar el entramado institucio­nal que involucra a la sociedad civil argentina, medios argentinos. Nos focalizamo­s en nuestro país.

CDE:

—¿Ven posible que la Justicia pueda funcionar con tiempos más cortos?

CDE:

Lo que falla con el tema de los tiempos es el sistema

so de Milagro Sala a la Justicia utilizada como un arma política?

—Todos los jueces son políticos aunque tal vez no lo sepan porque forman parte de la polis. Lo que pasa es que el problema es cuando se partidiza y eso es un problema si la Justicia funciona como un apéndice del poder político. Cristina. El rol de la política no debiera estar por encima de otros. El rol de los jueces es, precisamen­te, juzgar, investigar. Buscar la verdad, aún con los poderosos: “que un ex presidente o un presidente sea sometido a la Justicia me parece sano. El tema es que se lo enjuicie, que haya juicios, que se lo sancione o si no se lo absuelve y se le pide disculpas. Pero lo que hay que fomentar es que se comience a enjuiciar”.

la Justicia debe ser un contrapode­r para apaciguar los ánimos. debe frenar a los otros poderes. algo que no siempre sucede.

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PROCESADAS. Milagro Sala y Cristina Kirchner.
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AUTORES. Federico Delgado y Catalina

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