A LA NOCHE EL REY DAVID SE ESCAPABA AL CASINO Y A LOS BOLICHES MARPLATENSES
había que reclamar por tema cash, le exigió a Grimaldi 100 mil dólares. El presi accedió. Y cuando tuvo el OK y observó flexibilidad, Nalba abusó: “Bueno, queremos 500 lucas más”. Ahí, Arturo le puso un freno y le dijo que de ninguna manera podía otorgarles esa cantidad.
Sonó a locura e irracionali- dad pretender un cambio y generar un desmesurado choque en el equipo. Porque estaban a horas de arrancar la final y lo único que provocó la reacción de David fue desunión, tensión y nervios. De nunca acabar. Increíblemente hubo un entrevero más. Los conflictos no habían acabado. La frutilla del postre fue el cruce de Luli y Acasuso con uno de los periodistas de más larga trayectoria en nuestro país: empezó enviando un palito –o palazo– contra Nalbandian, afirmando que nunca estaba disponible para la prensa cuando lo requerían. Ahí, el capitán pidió que no generalizara y que nombrara puntualmente con quién era el problema. Y luego les pidió a los protagonistas que dijeran quién había sido el que inventó que el sábado se desataron trompadas en el vestuario. Cuando Guillermo Salatino, reconocido y de extensa carrera, soltó que “acá somos dos o tres los prestigiosos” (en la vorágine del momento le salió así, pero quiso referirse a la trayecto- periodistas al analizar los partidos. Al cordobés le desagradó que se fuera más allá en el análisis. Claro, no le convenía que se abordara lo extradeportivo, ya que él era el principal culpable respecto de los encontronazos fuera de la cancha. “No es bueno que entren en las cosas que no suman”, cuestionó. Y agregó: “Disculpas por si no les di una nota y por no haber estado en la conferencia del sábado. Sepan entender mi angustia, soy muy pasional cuando juego por la bandera argentina”. En cuanto a lo económico, disparó contra la AAT: “Con el poder económico que adquiere la asociación con estos seis millones, espero que vaya a las raíces del tenis argentino. Espero que lo sepan manejar bien”. Finalmente, el cordobés reconoció: “No es momento de buscar culpables. La verdad es que perdimos una final de Copa Davis con Feliciano López y Fernando Verdasco. Pero ya está. Ya pasó el fin de semana nefasto que tuvimos”.