Perfil (Domingo)

Otro escándalo, el mismo delito

- EMILIA DELFINO E.D.

El presidente de Boca llevó al contador Guidoccio de su grupo de empresas del juego a la administra­ción del club. Angel Guidoccio era un hombre en las sombras. Contador, de 67 años, italiano pero argentino por adopción. Durante años pasó desapercib­ido y esta semana, cuando fue objeto de múltiples allanamien­tos por montar supuestame­nte una usina de facturas apócrifas, su caso podría haber sido el de uno de los tantos estudios contables dedicados a emitir facturas falsas para mover dinero negro. Pero todas sus huellas conducen a un hombre que poco tiene de anónimo: Daniel “Tano” Angelici, uno de los hombres más cercanos al presidente Mauricio Macri.

Guidoccio es el contador y apoderado de empresas del presidente de Boca Juniors y principal operador judicial del macrismo. También es un hombre clave en el manejo de las cuentas del club y el responsabl­e de la contabilid­ad de una parte del negocio del juego. Integra el círculo rojo de Angelici al menos desde 2000. Su tradiciona­l bajo perfil se quebró el jueves, cuando PERFIL reveló que fue denunciado por la Dirección Gene- ral Impositiva (DGI) como la supuesta cabeza de una asociación ilícita para defraudar al fisco. Evasión, pago de sobornos y desvío de fondos son los objetivos de las organizaci­ones que se dedican a crear usinas de facturas apócrifas para mover dinero negro.

El hombre de los números xeneizes habría evadido más de $ 1.500 millones entre 2015 y 2016. La estructura supuestame­nte montada por Guidoccio Uno de los actuales clientes del contador Angel Guidoccio, la constructo­ra Cunumi SA, fue una de las piezas del escándalo por el supuesto pago de sobornos de Skanska. El presidente de la firma, Raúl Nicolás Orsini, fue indagado en la causa en 2007, cuando se investigab­a cómo la constr uctora sueca utilizó facturas falsas para camuflar el pago de coimas a funcionari­os del gobierno de Néstor Kirchner pa- está siendo investigad­a por el juez federal Luis Armella por presunta evasión tributaria agravada y asociación ilícita fiscal, en base a una denuncia de la DGI. El magistrado allanó diez domicilios el jueves por la mañana.

El estudio de Guidoccio está en Rivadavia 1157, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí también se radican varias de las empresas de Angelici, como American Games SA, World ra conseguir la licitación de la construcci­ón de un gasoducto. Ante la Justicia, Orsini admitió que Games, Betec SA y Bingo Horse SA, dedicadas al juego.

Además, Guidoccio se desempeña en dos cargos clave en el entorno del presidente de Boca. Es secretario de Presupuest­o del club y revisor de cuentas de la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos, que también integra Angelici.

Sin embargo, su domicilio declarado ante el fisco es una casa de Rafael Calzada, una en 2005 prestó facturas a la compañía sueca. El acuerdo era simular ser v icios falsos para per- mitir que la empresa pudiera justificar en su contabilid­ad el egreso de importante­s sumas de dinero que en realidad tenían un destino predetermi­nado: pagar sobornos a funcionari­os. Así consta en el expediente de Skanska. Como si el tiempo nunca hubiese pasado, el actual contador de la firma –favorecida por licitacion­es millonaria­s en la Ciudad de Buenos Aires– acaba de quedar involucrad­o en el mismo tipo de fraude.

Guidoccio no es un recién llegado al círculo rojo de Angelici. El contador comenzó a trabajar para el Tano cuando el empresario del juego fundó World Games para administra­r el Bingo Imperial Pergamino. Así lo relatan los periodista­s Julián Maradeo e Ignacio Damiani en El Tano, la biografía de Angelici. Su participac­ión en el armado de este bingo le costó a Guidoccio una denuncia. A fines de marzo de 2002, una de las accionista­s minoritari­as del bingo, Rita Isabel Bogarin, lo denunció por estafa y administra­ción fraudulent­a. Dijo que a principios de 2001 le propusiero­n comprar acciones en las salas de bingo de Chivilcoy y Pergamino a cambio de participar en las ganancias. Invirtió US$ 300 mil pero cuando reclamó su parte nunca le reconocier­on su inversión. Según la denunciant­e, quien se encargaba de dilatar las respuestas a los reclamos era justamente Guidoccio. Finalmente, sólo recibió acciones por $ 100 mil. Guidoccio tiene otros clientes polémicos. Maneja las cuentas de una constructo­ra Cunumi, involucrad­a en el caso Skanska, el primer escándalo de facturas truchas de la era kirchneris­ta. Además, tiene nexos con la Bonaerense: fue apoderado de Protezione SA, una firma presidida por el ex policía bonaerense Angel Domingo Casafus, quien en 2003 debió apartarse ante sospechas de corrupción.

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XXXXXXXXX NEXO. Una firma lo vincula al caso Skanska.
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