Perfil (Domingo)

¿Cómo se evalúa al Gabinete?

- NATALIA AQUILINO*

El Presidente reunió a su Gabinete para evaluar su desempeño durante el primer año de gestión. Hace un tiempo, el Presidente Mauricio Macri también había señalado: “Quiero decirles que este punto de partida que tenemos hoy es sobre el cual quiero y acepto ser evaluado como Presidente”. Pero ¿cómo se evalúa a un Presidente? ¿y a un Gabinete? ¿Con que vara se mide su desempeño?

La experienci­a de países vecinos indica que muchos Presidente­s eligen contar un plan de gobierno o un plan nacional de desarrollo que hace las veces de hoja de ruta para su tiempo en el poder. Esos planes de mediano plazo, indican áreas donde se concentrar­án los esfuerzos del gobierno. Idealmente, ese plan contiene grandes objetivos y metas de gobierno que permiten medir los avances o retrocesos en materia de desarrollo. En México por ejemplo, se creó el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, conformado por un objetivo general, cinco metas nacionales y tres estrategia­s transversa­les. En Costa Rica, existe un Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018 que incluye un diagnóstic­o, estrategia­s sectoriale­s, inversión y gestión del plan entre otros elementos.

Con planes de desarrollo conocidos por la ciudadanía, el Presidente y su Gabinete pueden dar “examen” a menudo a través de sus presentaci­ones públicas, los informes de su Jefe de Gabinete y Ministros al Congreso y la comunicaci­ón oficial que despliegue a través de una estrategia amplia de gobierno abierto.

En cualquier caso, el punto de partida de un plan de gobierno está más ligado al inicio del mandato que a otros momentos que puedan fijarse a posteriori. Es difícil pensar en la construcci­ón de una línea de base que sea independie­nte de la fecha del recambio presidenci­al que es el momento institucio­nal que indica el comienzo de una nueva etapa.

En ausencia de plan de gobierno explícito, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible también proporcion­an un marco de acuerdos internacio­nales para evaluar al Presidente o el desempeño de su Gabiente. Acordado a escala global y con metas nacionales ya formuladas, el gobierno argentino debe informar anualmente a la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de cada año.

En cualquier caso, evaluar a un Presidente es un ejercicio democrátic­o que nos involucra a nivel individual y que se basa en nuestros valores y visión del mundo. Si los objetivos de gobierno y la informació­n que recibimos es de calidad, nuestra evaluación personal del desem- peño del Presidente estará mejor fundamenta­da.

Pero evaluar a un Presidente y su Gabinete también supone contar con institucio­nes democrátic­as que faciliten esa evaluación. Un organismo estadístic­o confiable, funcionari­os ejecutivos que brinden informes de calidad y legislador­es que exijan cuentas son elementos indispensa­bles de una política nacional de evaluación que debe incluir al Presidente y sus Ministros. También sería deseable contar con una Agencia Nacional de Evaluación de Políticas que tome en serio el trabajo de medir y evaluar los resultados de la acción del Estado para ponerlos a disposició­n de la ciudadanía. En última instancia es ella, a través de su voto quién dará el visto bueno sobre la gestión del Presidente y su equipo en las próximas elecciones. *Directora Programa de Monitoreo y Evaluación de CIPPEC (Centro de Implementa­ción de Políticas Públicas).

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