Violento atentado al norte de siria dejó 48 muertos
Al menos 48 personas, en su mayoría civiles, fueron asesinadas ayer en una explosión de un camión bomba en Azaz, una ciudad controlada por rebeldes en la frontera con Turquía, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El atentado tuvo lugar en un mercado frente a un tribunal islámico de esta localidad de la provincia de Alepo, según el OSDH. Víctimas. Entre los fallecidos habría seis rebeldes. La identificación de las víctimas está resultando muy complicada debido al estado de los cuerpos, enteramente calcinados, explicó el director del OSDH, Rami Abdel, Rahmane. El balance mortal podría aumentar en las próximas horas.
Videos difundidos en las redes sociales por vecinos de Azaz mostraban a varias personas huyendo del lugar de la explosión envueltos en llamas. Las imágenes difundían grandes columnas de humo en una calle llena de restos metálicos. Allí se observa a los bomberos desplegando sus mangueras para aplacar el fuego de los vehículos. Al tiempo, equipos de rescate, rebeldes y civiles buscan sobrevivientes entre los escombros de un edificio parcialmente derrumbado. Responsables. Líderes locales acusaron a Estado Islámico (EI) por la matanza, que aún no fue reivindicada por ningún grupo. Osama Merhi, un abogado que se encontraba ayer en el lugar de la explosión, señaló como responsable a EI: “Este tipo de crímenes solamente los comete el grupo terrorista Daesh (acrónimo árabe para el EI). Son ellos quienes atacan a los civiles que reconstruyen el país”. Antecedentes. El atentado tuvo lugar en la novena jornada de un frágil alto al fuego que entró en vigor en numerosos frentes del país, salvo en aquellos territorios controlados por los grupos yihadistas.
Debido a su proximidad con la frontera turca, Azaz se ha convertido en una importante ruta para terroristas y rebeldes que tienen su retaguardia en el país vecino.
En diciembre las tropas sirias y milicias aliadas expulsaron al último reducto insurgente del Alepo oriental. Una derrota que ha llevado a la reconfiguración del flanco insurrecto cuyos grupos negocian esta semana la creación de un frente unido bajo la dirección del grupo islamista Ahrar el Sham, uno de los principales grupos armados de la región.
En Damasco, unos 5,5 millones de personas están sin agua hace semanas debido a los combates incesantes en Wadi Barada, un sector rebelde donde se encuentran los principales puntos de suministro. El régimen acusó a los rebeldes de “contaminar con diésel” las reservas de agua, pero ellos sostuvieron que los ataques del gobierno destruyeron la infraestructura del lugar.