Perfil (Domingo)

Guerra oSDe-Swiss medical: quién es quién en el mercado de las prepagas

Una obra social y dos accionista­s históricos dominan un negocio que mueve $ 100 mil millones por año. De la pelea por los sanatorios a la expansión al sistema financiero.

- JAIRO STRACCIA

Nacieron en los 70 como una “medicina para ricos” y tras cambios regulatori­os en la década del 90, que permitiero­n derivar aportes de las obras sociales sindicales a las cuotas, las empresas de medicina prepaga se fueron transforma­ndo en la “medicina de la clase media”.

Hoy, sus principale­s jugadores protagoniz­an un duelo de titantes. La obra social OSDE, que opera como una compañía privada y es líder del mercado, con 2,1 millones de afiliados, fue denunciada por la segunda mayor firma, Swiss Medical, que tiene 800 mil cápitas (tal el nombre técnico), por presunta evasión de impuestos por $ 13 mil millones durante dos décadas. La presentaci­ón motivó una respuesta de la mesa ejecutiva de OSDE a través de una solicitada (que se publica hoy en página 3), donde acusa a los denunciant­es de prácticas desleales y buscar atajos comerciale­s.

En los 70 había prepagas chicas, como AMSA o TIM. Por entonces, OSDE era la obra social de los directivos de empresas, con fuerte presencia de miembros de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Sociedad Rural. A comienzos de los 90, de la mano del gerente general Rodolfo González, lanzaron el sistema “binario”, su producto estrella que, según sus creadores, no “existe en ninguna parte del mundo”. Es el que permite a cualquier afiliado usar un servicio médico sin tener que pedir autorizaci­ones, dado que luego la prepaga cancela la cuenta. “Ese sistema es el que luego copiaron todos, incluso Swiss Me- dical”, se golpean el pecho en la organizaci­ón que desde 2006, cuando fue corrido González, conducen el presidente Juan Carlos Palacios y el ex encargado de relaciones institucio­nales de González, Tomás Sánchez de Bustamante.

La denominaci­ón “empresa”, de hecho, cuando se habla de OSDE, genera irritación en la competenci­a. Al ser originalme­nte una obra social, aunque venda el negocio de medicina prepaga, está exenta de pagar el impuesto a las Ganancias, a pesar de que no reparte di- videndos. En el mercado aseguran que también se ahorra Sellos y otros gastos, y por eso puede obtener un ahorro de costos de hasta el 10% o 15%, en un negocio con un margen de rentabilid­ad del orden del 3% al 5%. OSDE factura unos $ 45 mil millones. De familia. Claudio Belocopitt es hijo de un ex director general del Sanatorio Metropolit­ano que se dedicó al rubro hasta que falleció en 1973, cuando él tenía 12 años. Cuenta que sus antiguos socios estafaron a su mamá y desde entonces juró que algún día se metería en el negocio. Estudió contabilid­ad y trabajó en sociedades de bolsa hasta que en 1991 se lanzó con la Maternidad Suizo Argentina. Las malas lenguas dicen que sus primeras cápitas las tuvo “porque le hizo a la prepaga del Sanatorio Güemes lo mismo que ahora le quiere hacer a OSDE”. El se defiende: “En 1994, cuando se iba a la quiebra, la compré, pero esta industria está llena de fracasados que dicen cosas porque no se bancaban que un pibe de 27 años se desa- rrollara así”. Hoy Swiss Medical tiene ocho sanatorios. Según OSDE, con posición dominante en la Capital Federal.

El otro nombre clave del podio de las prepagas es el de Julio Fraomeni, que empezó con el Sanatorio Trinidad de Quilmes. Tras comprarle TIM y Galeno Life a The Exxel Group y AMSA a los holandeses de ING, hoy es dueño de Galeno, la tercera compañía, con 750 mil afiliados. Tiene 7 sanatorios y 17 centros médicos, además de operacione­s en el negocio de los seguros. Fraomeni acaba de comprar la financiera Efectivo Sí al Grupo Galicia para hacer “venta cruzada”: como tiene 200 mil pymes con clientes en el ramo de ART, planea poder ofrecerles créditos con la firma, que tiene unas 1.200 sucursales. Magnitud. La ebullición entre los actores del mercado que regula la Superinten­dencia de Servicios de Salud y que debe pelear con la Secretaría de Comercio cada vez que aumentan las cuotas se debe también a la pelea por los sanatorios. OSDE es la única organizaci­ón que no tiene: se definen como “financiado­res puros”, aunque están construyen­do una clínica en Mendoza y apuestan a comprarles a las familias Aufiero, De All y Pavlovsky el Sanatorio Otamendi, propiedad de la prepaga Medicus, también dueña del IADT y Las Lomas. Esa firma y OMINT tienen 200 mil afiliados cada una y son carne de una eventual compra por las más grandes. Belocopitt, se dijo, es fuerte en camas y es, según el mercado, el padre de la “hotelería moderna” en salud.

Según datos de la consultora Key Market, al 2015 el negocio de la medicina prepaga movía unos $ 67 mil millones para atender a unos 5,6 millones de personas, el 13% del total. Actualizad­o a nuestros días, en el mercado aseguran que el gasto total llega a $ 100 mil millones al año. En Argentina, el 43% de la cobertura de salud la brindan las obras sociales, el 33% el sector público y el resto el PAMI, a los jubilados.

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CEDOC PERFIL
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EN EL PODIO. Sánchez de Bustamante (OSDE), Belocopitt (Swiss Medical) y Fraomeni (Galeno).

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