El presidente se “reconcilió” con la cia
“estoy con ustedes, 1.000%. Los amo y respeto”, les dijo a los agentes de inteligencia, a los que había comparado con los nazis. a la mañana, asistió a una misa en la Catedral nacional.
El primer día en la presidencia de Donald Trump comenzó rodeado de líderes religiosos y terminó arropado por espías, con los que se “reconcilió” tras criticarlos duramente en las últimas semanas. “Estoy con ustedes, 1.000%. Los amo y los respeto”, dijo el flamante mandatario, tras acudir a una misa en la Catedral Nacional de Washington. Por la mañana, Trump había participado del último rito de la transición antes de abocarse de lleno a las tareas de gobierno. El mandatario, su esposa Melania, el vicepresidente Mike Pence y su mujer Karen ocuparon la primera fila durante el servicio religioso matutino que siguió a la jornada de ritos, pompa y protestas de su investidura. Por la tarde, firmó la paz con las poderosas agencias de inteligencia que habían alertado sobre una intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales que
el líder republicano pidió a los espías que se “deshagan” de estado islámico
lo llevaron a la Casa Blanca.
Durante el servicio ecuménico–una tradición para los nuevos presidentes–, el presidente no habló, tan sólo escuchó cómo los religiosos le deseaban buenos augurios. Cristiano adscripto a la iglesia presbiteriana, Trump no es conocido por su religiosidad, pero en su fulgurante ascenso político cosechó el apoyo de millones de votantes evangélicos y de influyentes líderes fundamentalistas cristianos.
Posteriormente, el mandatario visitó la sede de la CIA, donde se reunió con los jefes de las centrales de inteligencia de los Estados Unidos, en una especie de “reconciliación”, tras criticarlos por concluir que el Kremlin lo había ayudado en los últimos comicios. Esa conclusión enfureció al nuevo mandatario, que equiparó a sus espías con la Alemania nazi. La dureza de los reproches fue insólita, como también las palabras del director saliente de la CIA, John Brennan, quien lo censuró públicamente días antes de la asunción. “Ahora que tendrá la oportunidad de hacer algo más por la seguridad nacional que hablar y tuitear, tendrá que tener una gran responsabilidad para asegurarse que los intereses de Estados Unidos están protegidos”, aseveró Brennan, que también opinó que Trump no entendía “la capacidad, las intenciones y las acciones de Rusia”.
Llegó a Arlington acompañado por el legislador ultraconservador Mike Pompeo, que sustituirá a Brennan, pero aún no cuenta con la confirmación del Senado. Allí le pidió a la cúpula de inteligencia que se “deshagan” de Estado Islámico (EI). Por su parte, el general James “Perro Loco” Mattis, asumió ayer sus funciones en el Pentágono, donde también fue informado sobre la guerra contra el grupo yihadista que Trump prometió destruir.
Mattis y el general John Kelly, secretario de Seguridad Interna, son los únicos funcionarios de Trump que fueron aprobados por el Senado. “Estoy orgulloso de tener a estos dos héroes en mi administración”, afirmó el presidente, al tiempo que urgió a los legisladores a confirmar al resto de sus colaboradores.