El Papa, contra los ‘salvadores que construyen muros’
En una larga entrevista, y sin nombrarlo, el Pontífice aludió a Trump, a quien espera ver en acción antes de hablar sobre sus políticas. Refugiados, Venezuela y los populismos.
El papa Francisco eligió la cautela a la hora de opinar sobre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En entrevista exclusiva con el diario español El País, el religioso argentino aseguró que prefiere “ver qué pasa” antes de opinar sobre el nuevo mandatario. “Asustarme o alegrarme por lo que pueda suceder, en eso creo que podemos caer en una gran imprudencia. En ser profetas o de calamidades o de bienestares que no se van a dar, ni una ni otra. Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalúa”, respondió el Sumo Pontífice en un diálogo sostenido el viernes en el Vaticano.
Diferenció los populismos latinoamericanos de los de Europa. De los últimos, puso como ejemplo la Alemania nazi. “Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo, y después destruyó a su pueblo. Ese es el peligro. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento –afirmó Jorge Bergoglio–. Busquemos un salvador que nos devuelva la identidad y defendámonos con muros, con alambres, con lo que sea, de los otros pueblos que nos puedan quitar la identidad. Y eso es muy grave”. Otra declaración sobre Europa que podría extrapolarse a Trump llegó cuando sentenció que “cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro –de terrorismo o cosas por el estilo– tienen más derecho a controlarlas más, pero ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos”.
Además, Francisco se refirió al drama de los refugiados, a sus preocupaciones con respecto a la Iglesia Católica, a la crisis de Venezuela y también a su Argentina natal. Refugiados. Con respecto a la inmigración, explicó que hay tres prioridades: salvar a aquellos que cruzan el Mediterráneo, recibir a los recién llegados y finalmente integrarlos. Con respecto a la primera fase, elogió el trabajo de los gobiernos de Italia y Grecia. A la hora de evaluar la integración, ensalzó el modelo de Suecia, donde “890 mil de sus nueve millones de habitantes son nuevos suecos, hijos de migrantes o migrantes con ciudadanía sueca”.
En otro apartado del diálogo con El País, sostuvo que “Latinoamérica está sufriendo un fuer te embate del liberalismo económico” y pidió que formaciones de políticos le den “fuerza a los pueblos”. Además, calificó de positivo el papel que tuvo en la región la Teología de la Liberación, aunque denostó su análisis marxista de la realidad. Venezuela. Consultado sobre críticas que recibió de sectores del gobierno de Nicolás Maduro y de la oposición, afirmó que “se pueden come- ter errores”, pero aclaró que “la historia juzgará las cosas”. “Hay un principio, que para mí es claro, que es el que tiene que regir en toda la acción pastoral pero también en la diplomacia vaticana: mediadores, no intermediarios. O sea, hacer puentes, y no muros. El mediador hace puentes, que no son para él, son para que caminen los otros. Y no cobra peaje. Hizo el puente y se fue. Para mí ésa es la imagen de la diplomacia vaticana”, aseguró.
Francisco también dijo que desea viajar a China y que hay diálogos permanentes entre el Vaticano y Beijing. Elogió el papel de la mujer en la sociedad, al tiempo que criticó a los “anestesiados en la Iglesia por la mundanidad”.
Se definió como un papa “callejero”, recordó en varios pasajes su vida en Buenos Aires y volvió a repetir que el planeta atraviesa una “tercera guerra mundial en pedacitos”. En definitiva, se trató de un papa auténtico. Y, como siempre, muy argentino.
“el mediador hace puentes y no cobra peaje. Esa es la diplomacia vaticana.”