Dos familias Bulacio, el mismo dolor: “el Indio nunca nos llamó”.
Tamara es hermana del joven asesinado por policías en 1991. Fernando y Natalia, del que murió en el último recital. Juntos, hablaron con PERFIL.
Fernando y Natalia sostienen la foto de Juan. Tamara levanta la imagen de Walter. No son familiares entre sí, pero los une una trágica y casual coincidencia. Ambos perdieron a sus hermanos en el contexto de un recital del Indio Solari. Ambos se apellidan Bulacio y esperan respuestas. “Cuando escuché que uno de los fallecidos se llamaba Bulacio, fue como revivir el dolor y volver todo el tiempo atrás. Un dolor que nunca va a desaparecer”, destaca Tamara.
Hace 26 años, Walter Bulacio (17) era detenido en la entrada del recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y asesinado a manos de miembros de la Policía Federal. El lunes pasado identificaban como Juan Francisco Bulacio (36) a la segunda víctima en el recital del sábado pasado
Cuando escuché que uno de los fallecidos era Bulacio, fue como revivir el dolor y volver el tiempo atrás TAMAR A, HERMANA DE WALTER
en Olavarría. Un mismo cantante, una misma pasión, un mismo apellido y un dolor que se repite.
“Recibí como diez mil llamadas preguntándome si era pariente mío. El tema fue volver a eso de que se suma otra muerte de un Bulacio al Indio. Igual no lo hago cargo, él es artista y otros se tendrían que haber ocupado de la organización. Nadie hubiera pensado que se iba a morir gente en un recital del Indio, jamás… si siempre es una fiesta”, cuenta Tamara. “Primero me preocupé por mi hermano Matías, que también había ido al recital, pero por suerte él ya había vuelto a casa”.
El que no volvió fue Juan Francisco, padre de cuatro chicos de entre 18 y 7 años, abuelo de una nena de 3 y el hermano mayor de 8. “El lunes me llama un amigo al trabajo y me cuenta. Me desesperé. No podía ser mi hermano”, se lamenta Fernando. “A mí me avisan que prenda la tele y ahí me entero. Me volví loca. Mi mamá estaba preocu- pada porque no aparecía, habíamos vuelto todos menos él. A todos los recitales fuimos juntos, excepto a este de Olavarría que cada uno (por los hermanos) fue con su grupo de amigos…”. Y Fernando la interrumpe y se plantea: “Si hubiésemos estado juntos como siempre, tal vez podría haber ayudado a mi hermano”.
La trágica coincidencia hizo que ambas familias se juntaran y se conocieran tras una propuesta de PERFIL. El encuentro se llevó a cabo en una plaza de Garín, de donde era oriundo Juan Francisco.
Tamara llegó con el cartel gastado de su hermano que su abuela llevaba a todas las marchas que se hicieron exigiendo justicia desde 1991. En la plaza la esperaban Fernando y Natalia, que también levantaron la foto de su hermano. “Voy a estar y ayudarlos en lo que necesiten”, les dijo Tamara.
La muerte de Walter se convirtió en un caso emblemático por la violencia y abuso policial. Para la familia de Juan era moneda corriente que les preguntarán si eran familiares de aquel chico de 17 asesinado en 1991. “En la secundaria siempre me preguntaban si era un pariente. Nunca par-