Perfil (Domingo)

¿Tiene que ir presa Cristina para que haya inversión?

El foco está puesto en la tercera sección, que incluye los barrios más pobres. Sólo para cloacas ya prometen $ 44 mil millones. En La Matanza hay 38 proyectos en marcha.

- JORGE FONTEVECCH­IA

Polarizaci­ón a l ex t remo, anuncios de obras y mucha pre - sencia en el Conurbano. A ese combo el macrismo le suma una pizca de optimismo a que finalmente repunte la economía. Sin alterar su rumbo general, el Gobierno apuesta a reforzar el discurso de la rivalidad con el kirchneris­mo, en base a impulsar un paquete de obras en la provincia de Buenos Aires: agua, cloacas, vivienda y rutas. El foco está puesto en la tercera sección electoral, con La Matanza como protagonis­ta, donde votan más de 4 millones de personas y el macrismo muestra sus encuestas más flojas.

La tercera sección incluye 19 partidos: Almirante Brown, Avellaneda, Esteban Echeverría, Ezeiza, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora y Quilmes, entre otros. En Casa Rosada calculan que ahí se jugará la suerte de la legislativ­a bonaerense, elección que a su vez impondrá una lectura nacional sobre los resultados generales. “En el interior de la Provincia estamos bien, pero nos cuesta en muchos tramos del Conurbano”, afirma un operador del ala política del PRO. La caída del consumo, combinada con la altísima inflación del año pasado, golpeó sobre el circuito bonaerense de la economía informal.

Para revertir el bajón en la imagen del Gobierno, acentuado en la decisiva tercera sección, el plan del Gobierno es ensayar una suerte de déjàvu de 2015. Es decir, mostrar a María Eugenia Vidal en actos, caminatas y timbreos, especialme­nte en los municipios gobernados por la oposición. Sin definicion­es sobre los candidatos (en provincia se eligen diputados y senadores), la única certeza es que la campaña girará alrededor de Vidal.

Pero esta vez el Gobierno cuenta con un plus material: sólo entre proyectos vinculados a agua y cloacas para la tercera sección, Aysa (dependient­e del ministro del Inter ior, Rogelio Fr iger io) presupuest­ó, licitó o puso en marcha obras por unos 44 mil millones de pesos. Ese monto incluye obras aún en etapa de proyección, y que por lo tanto no llegarían a terminarse en 2017.

A esos 44 mil millones hay que agregarle la plata para vivienda y rutas, más la destinada a refaccione­s de escuelas y hospitales. Por ejemplo, la actual remodelaci­ón del Hospital Evita de Lanús. En Avellaneda (gobernada por el kirchneris­ta Jorge Ferraresi), el Gobierno activó un plan para construir 120 viviendas sociales. Y el viernes pasado, el vice de Frigerio, Sebastián García De Luca, fue calculadam­ente a Berazategu­i, gobernada por el cristinist­a Juan Patricio Mussi, quien había denunciado discrimina­ción ideológica por parte de Cambiemos. Ahí, durante la apertura de un Centro de Documentac­ión Rápida, De Luca sacó chapa de plural: “Macri y Vidal gestionan para todos los municipios, y ésta inauguraci­ón es una muestra”. Tras su paso por Berazategu­i, De Luca visitó otros dos partidos de la tercera sección: Quilmes y Brandsen, donde anunció nuevas obras junto a los dos intendente­s de Cam-

biemos (Martiniano Molina y Daniel Cappellett­i).

A la clásica discusión sobre el criterio para repartir obras de Nación, Cambiemos le suma su propia interna: hay intendente­s oficialist­as que buscan capitaliza­r el mérito de lo proyectado, generando una situación de fricción con la Casa Rosada. De los opositores se lo pueden esperar, pero de los propios no (ver aparte).

En La Matanza, Aysa tiene 38 obras en marcha o en agenda, por más de $ 6 mil millones. El ritmo actual contrasta con la notoria pasividad del primer año de administra­ción macrista. Hasta enero pasado, el Gobierno terminó pocas obras de infraestru­ctura nacional, por sólo $ 1.920 millones. Esa quietud inicial generó un despido inesperado: el del secretario de Obras Públicas, Daniel Chaín, un histórico del PRO.

Así, a cinco meses de las PASO, el macrismo busca instalar la imagen de un gobierno comprometi­do con la reactivaci­ón de la economía.

Sobre el eje discursivo de campaña, la actual conflictiv­idad terminó por disipar cualquier duda que podía existir. El macrismo se centrará en el argumento binario de nosotros o el pasado. La sucesión de paros, marchas y reclamos en su contra (con escenario todavía abierto) parió un tono desafiante y de contraste pleno con el kirchneris­mo. Tanto Mauricio Macri como sus ministros buscaron reducir cualquier síntoma de malestar social a una maniobra armada por Cristina Kirchner y su tropa.

En el debut de la mesa nacional de Cambiemos, realizada el viernes pasado, macristas, radicales y lilitos coincidier­on en machacar con ese recurso. “La enorme mayoría de los votantes nuestros del ballottage nos siguen acompañand­o, y hoy nos votarían de vuelta”, apostó Marcos Peña. De la mano de Vidal, y con la ayudita de las obras estatales, Cambiemos apunta a repetir el clima de 2015.

Cloacas, viviendas y rutas servirán para reforzar la rivalidad con el kirchneris­mo

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PRESIDENCI­A
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PRENSA AVELLANEDA ANUNCIOS. El Gobierno ya puso en marcha obras de viviendas, cloacas y rutas. El objetivo es remontar la baja en las encuestas.
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PRENSA MINISTERIO DEL INTERIOR
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PRENSA AVELLANEDA

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