Perfil (Domingo)

¿Y la reactivaci­ón?

Tensión en el oficialism­o por la política antiinflac­ión. Nuevas muestras de dureza presidenci­al. El caso Incaa.

- Federico Sturzenegg­er

El Gobierno se encuentra en una encrucijad­a de la cual no le resultará fácil salir en el marco de un año electoral que se le presenta complicado. Lo que ha habido en estos primeros 16 meses de la gestión de Mauricio Macri es ajuste fiscal –últimament­e bastante laxo–, inflación que sigue siendo alta y elevadas tasas de interés con un dólar “planchado”. Todo esto –además de las complicaci­ones en la macro– atenta directamen­te contra la reactivaci­ón de la economía que debería ser motorizada en el día a día por el consumo de los argentinos.

Así las cosas, son varios dentro y fuera del Gobierno los que vuelven a apuntar contra la ortodoxia del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegg­er, por la apreciació­n del peso y el sostenimie­nto de las tasas de interés a un nivel tan alto como para que, aquel que puede, se vuelque al ahorro y no al consumo. “El que tiene poder adquisitiv­o moderado especula buscando un resguardo que le permita ganarle a la inflación, y el que está un poquito más arriba en la escala de ingresos, la banda entre 45 y 65 mil pesos por mes (entre jefe de familia y cónyuge), compra un pasaje y gasta su dinero en Chile, que hoy resulta más accesible y con mayor variedad”, asegura un economista que mira de reojo la cuestión del consumo. De hecho, los cálculos para esta Semana Santa hablan de unos 40 mil argentinos que cruzaron tanto a Chile como al Paraguay en los ya conocidos tours de compras.

La inflación de marzo fue del 2,4%. Según el propio Indec, el acumulado en el primer trimestre es del 6,29%. Un ritmo que complica la pauta inflaciona­ria pronostica­da por el Gobierno para 2017. Lo preocupant­e es que el alza fue liderada por educación, indumentar­ia, alimentos y bebidas, rubros que golpean especialme­nte desde la clase media baja hacia abajo.

Por eso Sturzenegg­er es pragmático y, aun contra los deseos de otros pesos pesados del Gobierno como Rogelio Frigerio, Luis Caputo y en menor escala Nicolás Dujovne, reeditó la vieja disputa que mantenía con el ex ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay, con quien tuvo varios cruces por la suba de tasas y el consiguien­te freno de la actividad económica. En rigor de verdad, y recordando aquello de que “el que avisa no traiciona”, hay que señalar que en enero Sturzenegg­er había dicho que aunque la inflación “tiene los días contados”, se venían “tres meses delicados”, por lo que no tenía mucho “margen para relajar la política monetaria”. Acertó.

Hace algo menos de un año, mientras Prat-Gay se mostraba optimista por la evolución de los precios, Sturzenegg­er exhibía una posición fría, distante y de mucho menor entusiasmo. El cruce más recordado fue cuando el ex ministro llegó a declarar que la inflación ya no era “un tema”, lo que al poco tiempo llevó al titular del BCRA a declarar que los resultados no bastaban “para que haya un proceso de desinflaci­ón persistent­e”. Derrame. Si bien este recuerdo no hace más que avalar el arrastre de un problema para el cual no se ha encontrado solución, lo cierto es que, por estos días y a causa de la urgencia electoral, la pericia del titular del BCRA –según sus defensores– no cuenta con el apoyo de otros tiempos. “Mauricio está preocupado y, sin hacer populismo, sabe que es convenient­e que la gente tenga plata en el bolsillo como para que haya una mejoría en el consumo. Esto debería empezar a pasar en el arranque del segundo semestre a más tar- dar”, ironizó un hombre de consulta del Gobierno recordando la muletilla utilizada por los hombres de Cambiemos durante la primera mitad de 2016. “Esta vez será diferente; se tardó más de lo esperado pero las cosas están empezando a cambiar”, se convenció. Respecto de Dujovne, los economista­s de peso sostienen que “pusieron a un obediente” y que no tiene posibilida­des de rivalizar con Sturzenegg­er. Además todos esperan el pulso marcado por el Presidente.

Macri está cada vez más duro en el cara a cara. Una fuente que conoce el contenido y sobre todo las formas de las últimas reuniones describió a muchos funcionari­os haciendo equilibrio antes de animarse a contradeci­r al Presidente. “Macri los mira fijo y les dice ‘no quiero opiniones de café’, pero en ocasiones los ministros se enteran de decisiones in situ y no tienen forma de rebatir un razonamien­to o directiva con argumentos basados en pruebas irreprocha­bles”. Las manifestac­iones de apoyo del 1A, los muchos grises que tuvo el paro motorizado

por la CGT y el progresivo desgaste de los líderes gremiales de los docentes han actuado como un catalizado­r en la génesis de este endurecimi­ento presidenci­al. No hay plan B. Por eso en el Gobierno le prenden una vela a cada santo a la espera de que los pronóstico­s más optimistas se cumplan.

En ese contexto de endurecimi­ento de la línea que baja el Presidente hay que situar la crisis desatada esta semana en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisua­les (Incaa) a partir del desplazami­ento de su titular, Alejandro Cacetta. Desde la Jefatura de Gabinete, lo que se le endilga a Cacetta es su inacción para poner freno a los manejos poco claros de funcionari­os que venían desde el kirchneris­mo. Tanto el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, como sus colaborado­res directos coinciden en señalar que el reproche a la gestión de Cacetta no tiene que ver con su persona sino con su falta de velocidad y firmeza para actuar ante compras, refaccione­s y traslados que, por los montos claramente fuera de mercado, recordaban viejas costumbres que se mantenían del gobierno anterior.

Del lado de los defensores de Cacetta –que había sido propuesto para el cargo nada más ni menos que por Juan José Campanella– hay actores, directores y productore­s independie­ntes que sugieren que esta movida tiene que ver con el equilibrio que venía haciendo la actual gestión para no recortar presupuest­os y mantener la incentivac­ión de los planes de fomento del cine nacional. Aquí es donde entra la figura del secretario de Coordinaci­ón Interminis­terial, Mario Quintana, como el instigador de la salida de Cacetta. Hay que recordar que, según lo expresó el mismo Macri, tanto Quintana como el secretario de Coordinaci­ón de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, son “sus ojos”. “Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendiera­n de política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él” (John Fitzge

rald Kennedy).

“No quiero opiniones de café”, les espeta Macri a algunos de sus ministros

Producción periodísti­ca: Santiago Serra.

 ?? DIBUJO: PABLO TEMES ??
DIBUJO: PABLO TEMES
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina