Guía para evitar el mundo
Un hombre astuto
Autor: Robertson Davies Género: novela
Otras obras del autor: El quinto en discordia, Mantícora, El mundo de los prodigios, La trilogía de Cornish, Angeles rebeldes, Lo que arraiga en el hueso, La lira de Orfeo, Asesinato y ánimas en pena Editorial: Edhasa, $ 295 Traducción: José Luis Fernandéz Villanueva La súbita muerte del anciano padre Ninian Hobbes en el altar mayor de la Iglesia Anglicana de Saint Aidan, en plena misa de Viernes Santo, hace del médico Jonathan Hullah testigo e informante de la joven y atractiva Esme Barron, cronista del Colonial Advocate. Charlie Iredale, padre asistente de Hobbes durante aquella celebración, y Brocky Gilmartin, antes compañeros de escuela y amigos de Hullah, la feligresía y el pueblo entero, son los protagonistas de Un hombre astuto, segunda novela de la inconclusa Trilogía de Toronto de Robertson Davies.
Pero las disquisiciones sobre la muerte de Hobbes deben esperar, ya que Hullah da inicio –ante la encantadora y esquiva Esme Barron apareciendo y desapareciendo de escena– al minucioso examen de su vida entera: el padre, ingeniero de minas, la madre, aficionada a la música y pródiga en hacer el bien en Sioux Lookout, el apego de Jonathan por el bosque (refugio de infancia que anhelará después)
y la fiebre escarlatina que lo pone al borde de la muerte, definirán su personalidad. Un médico alcohólico y envilecido desalentará que Jonathan sobreviva, aunque al cabo, la milagrosa mejoría hará que el médico dispute la eficacia de su oficio con la india Smoke, experta en herboristería, quien mientras el pequeño agoniza instala su carpa en el jardín de la casa y ejerce sus conjuros.
Jonathan se salva, pero no sin secuelas. De por vida será un “niño delicado”. Más tarde las experiencias compartidas de Jonathan con Brocky y Charlie en los inspirados años de internado en Colborne, donde los primeros se apegan a la ciencia, mientras Charlie Iredale confirma su vocación religiosa, los restantes personajes y circunstancias, y el amor no correspondido de Hullah por Esme, erigen esta majestuosa novela, prueba de la pericia estilística de su autor. Hullah indaga en el sentido de la existencia a través de la propia existencia. “Aquel que quiere evitar la dificultad debe evitar el mundo”, cita Hullah a Burton, y en esas líneas finales comprendemos algo más acerca de una obra excepcional, de su creador Robertson Davies, y de nosotros mismos.