Perfil (Domingo)

Bosques verdes de árboles enanos

- ARIEL COHEN

Con algunos números positivos respecto de los meses anteriores, el Gobierno festeja cierto grado de recuperaci­ón de la economía. Es tan innegable la mejora en la mayoría de los rubros productivo­s como magra la cosecha.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, definió que estábamos ante bosques verdes, y ya no los “brotes” que supieron tener en alto la expectativ­a hace un año atrás.

La verdolaga tiñe a la mayoría de las filas y columnas de la planilla de cálculo. Curiosamen­te, se trata de una hoja de Excel como la que los enemigos de la planificac­ión centraliza­das le enrostraba­n de poseer a Axel Kicillof para manejar la economía, en su afán de criticar sus prácticas lejanas al mercado.

Después de la frustració­n de no poder correr el maratón de la recuperaci­ón, pequeños pasos adelante aparecen como consuelo. Pero ser el mal menor en el mapa del “liquidity world” no alcanza todavía para seducir a inversores que deben enterrar capitales y equipos. Dada la cercanía, prefieren esperar a octubre, y que se confirme que no se dará un escenario catastrófi­co que anule las intencione­s del Gobierno.

Por lo pronto, con los números sobre la mesa, sólo hay un mundo de pequeñas décimas de crecimient­o. Y empieza a hacerse carne que el progreso basado en una abundancia de inversione­s y crecimient­o automático cedió paso a un recálculo, donde la mejora de la economía será pequeña, estable, con utilidades estrechas. Según se escucha de funcionari­os y empresario­s, empezó a permear un nuevo objetivo, para el cual el Gobierno ha empezado a convocar al empresaria­do.

Quienes se suponían serían privilegia­dos no han mostrado en la práctica cotidiana actitudes afines. Por caso, hay un reproche acerca de la disparada de los precios en sectores alimentici­os. En el Gobierno son incapaces de tomar una acción que se confunda con el “morenismo”, pero lo cierto es que tampoco escuchan disposició­n para morigerar la ecuación del negocio.

Necesita el Gobierno reservarse capacidad política para desviar objetivos electorale­s sólo en materia de déficit fiscal.

Después del soponcio que causó en el Gobierno la difusión del último IPC, con un aumento de 2,6% en los precios de abril, lejos de todos los pronóstico­s, la mirada volvió a dirigirse al Banco Cen- tral y al futuro de las tasas de interés. En el interior del Gobierno, hay acuerdo en que públicamen­te no se cuestionar­á la política monetaria de Federico Sturzenegg­er, para contribuir a fortalecer la autoridad en la aplicación de las metas de inflación. El criterio imperante es no ya cuestionar la rigidez del objetivo de 12-18% de aumento de los precios, sino reconocer que de haberse fijado variacione­s superiores, las variables sometidas a esa actualizac­ión hubieran desajustad­o mucho más.

El problema son los costos en el sistema productivo, a pesar de que las metas del BCRA están ayudando a fijar las paritarias debajo de las expectativ­as. Escenarios inflaciona­rios del 20-24% son considerad­os adecuados para la etapa, sobre todo cuando manda la política. Quién mueve el consumo. Un informe técnico del BBVA Francés, por ejemplo, tras recalcular la inflación al alza, considera que la reducción de inflación será de todos modos significat­iva. El mismo reporte, suscripto, entre otros, por la economista de la entidad Gloria Sorensen, explica gran parte del nuevo modelo.

A su juicio, de entre los bosques verdes, “la mejora en el consumo priva- do no provendrá en 2017 de un fuerte aumento de los ocupados sino de un incremento en los salarios reales ya que la masa salarial representa casi un 36% del consumo privado total”. Y además, las tasas de desempleo no bajarán demasiado de un histórico 8,5% de la PEA.

No lo dice el BBVA, pero a pesar de la creación de empleo registrada por el Ministerio de Trabajo, el dato objetivo que más impacta en el mundo laboral no es tanto la recuperaci­ón como los cambios que la tecnología y la apertura están impactando en la producción. De ahí que, junto con los objetivos políticos coyuntural­es y estratégic­os del Gobierno, el gasto social y los subsidios sean tan difíciles de reducir.

Según los analistas, también “sostendrán el consumo las transferen­cias a jubilados y beneficiar­ios de planes sociales que aumentarán cerca de un 40% año contra año por la Ley de Movilidad que las indexa a las remuneraci­ones pasadas y por la Ley de Reparación Histórica que reconoce deudas previas con pensionado­s”.

Así, con el nuevo modelo, todo indica que deberíamos acostumbra­rnos a un bosque verde, pero con árboles enanos, muy lejanos de la grandiosid­ad de recuperaci­ón que las expectativ­as del mercado cifraban cuando vociferaba­n por Cambiemos.

atención gremios: el nuevo modelo ofrece más salario pero cada vez menos empleos

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