Perfil (Domingo)

Tras el Brexit y trump, la fractura entre centro y periferia reapareció en francia

Los tres comicios muestran un quiebre cada vez más hondo entre el voto de las ciudades globalizad­as y las zonas rurales o aisladas, donde la crisis golpea a la vieja clase media.

- FACUNDO F. BARRIO

La tendencia ya se había manifestad­o en la elección de Donald Trump en los Estados Unidos y en el voto a favor del Brexit en el Reino Unido. El domingo pasado se repitió en Francia. La fractura entre centro y periferia –entre las grandes ciudades integradas a la globalizac­ión y las zonas rurales, los pueblos y centros urbanos aislados– es una de las claves explicativ­as principale­s de los tres comicios más relevantes de los últimos años.

El voto a favor de la continuida­d británica en la UE, de Hillary Clinton y de Emmanuel Macron fue aplastante en las metrópolis desarrolla­das e integradas al circuito internacio­nal. En cambio, allí donde las clases populares y medias tradiciona­les se ven desconecta­das de las redes globales y corren de atrás a la modernizac­ión y el cambio económico, propuestas políticas reactivas como el Brexit, Donald Trump y Marine Le Pen encontraro­n cobijo.

En su aclamado libro La Francia periférica (2014), el geógrafo francés Christophe Guilluy teorizó tempraname­nte sobre este quiebre entre las burguesías urbanas metropolit­anas y las antiguas clases medias que aún habitan en las regiones periférica­s de los países de Europa Occidental. En opinión de Guilluy, el concepto de “Francia periférica” se define principalm­ente por el lugar geográfico en el que viven estos votantes excluidos de la mundializa­ción, donde las oportunida­des de empleo son más escasas y menos variadas que en las grandes urbes. La tesis central del autor La ultraderec­hista Le Pen se lució en la campiña francesa. es que esas clases populares periférica­s están en proceso de mutación, por no decir de extinción, como consecuenc­ia de los procesos de globalizac­ión y polarizaci­ón del mer- cado laboral. Los populismos al estilo de Trump o Le Pen crecen al compás de este choque cultural, social y político que ha dejado perplejos a los partidos tradiciona­les.

El voto presidenci­al en Francia reprodujo un corte geográfico y sociológic­o similar en muchos aspectos al referéndum acerca de la permanenci­a o no del Reino Unido en la Unión Europea (UE). “Aquí las disparidad­es geográfica­s también fueron significat­ivas: en general, la gente en las zonas urbanas fue más favorable a permanecer en la UE, mientras que los habitantes rurales apoyaron más el Brexit –dijo a PERFIL el sociólogo Patrick Baert, jefe del Departamen­to de Sociología de la Universida­d de Cambridge–. Se observaron patrones parecidos a los de Francia y Estados Unidos, donde las zonas rurales apoyaron las agendas ‘populistas’, mostrando desconfian­za por las ‘elites’ y nostalgia por la imagen de un pasado glorioso”.

Según el geógrafo británico Charles Pattie, investigad­or de la Universida­d de Sheffield y autor de “mapeos” sobre el voto a favor o en contra del Brexit, “tanto en Inglaterra como en Gales (aunque no tanto en Escocia), cuanto menos ricos son los habitantes de cierta región, menor es la proporción de graduados universita­rios y mayor es el porcentaje que votó por el Brexit”. No obstante, aunque coincidió con Baert en que los votos a favor de Le Pen y el Brexit se asemejan en que provienen de electorado­s que se sienten “decepciona­dos, ignorados y dejados atrás por los partidos del mainstream”, Pattie señaló una diferencia no menor entre ambos procesos electorale­s: mientras que en el Reino Unido se decidió acerca de una sola cuestión, en Francia se votó un programa integral de gobierno. Tal vez eso explique por qué Le Pen tuvo un techo de sufragios más bajo que el Leave británico.

En Estados Unidos, Hillary Clinton obtuvo una mejor performanc­e en las regiones costeras y Donald Trump en el interior del país. Pero, al igual que en Francia, donde los apoyos a Le Pen y Macron no sólo se dividieron entre periferia y centro sino también entre este y oeste, la fractura estadounid­ense fue doble: dentro del interior, la candidata demócrata se impuso al magnate republican­o en las grandes ciudades.

En su reciente libro Extraños en su propia tierra, la socióloga estadounid­ense Arlie Hochschild hizo uno de los mejores ret ratos de la “América de Trump” a través de una aproximaci­ón a los fanáticos del Tea Party en Louisiana. Allí se encontró con ciudadanos “triplement­e marginados” por los bajos salarios, el acelerado cambio demográfic­o y la expansión de una cultura liberal que choca con su fe y su patriotism­o.

Cualquier similitud con Francia o el Reino Unido no es mera coincidenc­ia.

“Hay un voto decepciona­do de gente ignorada por los partidos del mainstream.”

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AP BOVINA.

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