“lula nunca fue de izquierda, es un negociador sindical”
—Seguramente que sí. Tengo 85 años, y nunca me imaginé llegar a esta edad y todavía mirar a Brasil diciendo: “¿Va a funcionar?”.
—Cuando usted le pasó la presidencia a su sucesor, en 2002, ¿se podría decir que le gustó entregársela a un obrero como Lula, y no a un técnico de elite como José Serra, aunque fuera de su propio partido?
—Yo prefería, claro, a José Serra, que era mi compañero y todo lo demás, pero, sin duda, ese aspecto me tocó porque yo conocí a Lula en las luchas contra el régimen, por el salario, el sueldo, en las huelgas. Yo estaba ahí. Entonces, simbólicamente, me pareció importante, y fue importante. Creo que después se perdió.
— ¿Usted era más de izquierda que Lula, como se decía en Brasil en aquellos años?
—Es probable que sí. Lula nunca fue de izquierda. Lula fue un negociador sindical. Tenía vinculaciones con su gente, pero nunca fue un hombre que tuviera una ambición de cambiar a la sociedad, y no la tiene hasta hoy. Lula no es eso, entonces, sí, era más de izquierda.
—¿Le disgustaría que Lula vuelva a ser presidente en el 2019?
—Lula se ha equivocado mucho. Lula ha permitido que ese sistema de corrupción se organizara como sistema. No voy a decir que es responsable, no sé, pero políticamente, sí. Entonces creo que sería malo, malo.
—Contra el PT perdieron cuatro candidatos de su partido, el PSDB: Serra, Alckmin, nuevamente Serra y Aécio Neves. En las elecciones del año próximo, ¿el candidato del PSDB tendría que ser alguno que no lo haya
—No necesariamente, pero hay fuertes probabilidades porque el mundo quiere siempre cambios, y yo creo que llegó el momento de cambiar de generación en el Brasil, y eso que mencioné, gente que esté más vinculada al nuevo mundo comunicado. Eso puede resultar bien o mal, depende quién sea y de lo que haga, pero sí llegó el momento. Yo me incluyo, ahora estamos afuera.
—¿Le gustaría que un outsider de la política, como el intendente de San Pablo, Joan Doria, fuera candidato a presidente por el PSDB?
—Preferiría, de ser posible, que fuera otro, pero, viendo la situación como está, creo que existen posibilidades de que sea, no sé si Doria, pero una persona como Doria, que tiene vinculación y contemporaneidad con el régimen.
—¿Joan Doria podría ser un fenómeno de alguna forma comparable con el de Macron en Francia, o con el propio Macri, una emergencia de alguien en la política en poco tiempo?
—Va a depender de lo que él proponga porque, como yo le dije antes, en la situación actual de la sociedad contemporánea, lo que une a la gente es la capacidad de tocarles con un mensaje. No sé si Doria será capaz de eso. Si fuera capaz, puede ganar.
—¿También lo nuevo es el presentador de televisión Luciano Hucks?
—Luciano es menos político, diga- mos, entre comillas, que Doria. Pero tiene mucha presencia popular. No sé si quiere ser candidato, y no creo que tenga las condiciones políticas para serlo. Es un fenómeno de credibilidad porque tiene sensibilidad social y mucho acceso a la gente vía televisión. No sé si va a dar el paso.
—¿Qué pasa con la política brasileña que los candidatos son Doria, Luciano Hucks?
—La desmoralización de los partidos por la enorme corrupción. Aunque no sea verdad en todos los casos, la gente piensa que sí.
—Son todos.
—No ha llegado al punto que son todos, que se vayan todos. Pero está en esa dirección.
—Desde la Argentina no se entiende el crecimiento del evangelismo político en Brasil, donde decenas de legisladores y hasta gobernadores, como el de Río de Janeiro, son evangelistas. ¿Es un fenómeno brasileño, Brasil es un país místico en particular?
—No es sólo brasileño. Si uno va a los Estados Unidos, verá la presencia que tienen los pastores evangélicos en la televisión. ¿Por qué crecieron tanto en Brasil y no la Iglesia Católica? Porque la Iglesia Católica quedó muy vinculada a las castas dominantes, aunque tengan una ideología contraria, porque la gente tiene necesidad de apoyo concreto en la vida cotidiana. Los evangélicos crean iglesias y
—Lo escuché hoy en la tele, en Youtube. Ese señor no tiene ideología ni va a quedarse en el PSC. Bodsonaro habla de una manera directa a sectores más bien de clase media, que quieren orden, autoridad. Y es eso.
—¿Como los viejos radialistas de una época que lo que querían era mano dura?
—Mano dura, es lo que él es. ¿Va a ganar? Difícil, pero tiene una presencia porque tiene un sector importante que quiere orden.
—De hecho, las últimas encuestas muestran a Lula primero en inten-
—Las encuestas en este momento no sirven mucho porque la gente no está posicionada, y porque limita a las personas, no tienen opinión.