Perfil (Domingo)

Serás lo que has sido

- JAIME DURAN BARBA*

Hace algunos años, cuando parecía que el kirchneris­mo sería eterno, PERFIL produjo una película sobre los Kirchner que se llamó Serás lo que has sido. En ese entonces ser crítico era peligroso. Los sicarios del gobierno usaron portadas de las revistas Siete Días y Veintitrés para atacar a Jorge Fontevecch­ia haciendo gigantogra­fías con sus infamantes portadas, el gobierno intentó ahogar económicam­ente al periódico. No soportaban a un periodista que estuvo preso en el tiempo de la dictadura, pero que quería hacer periodismo independie­nte en una época en la que se generalizó impostura.

Durante el Proceso muchas personas admirables se arriesgaro­n defendiend­o a los perseguido­s como Mauricio López, el primer rector de la Universida­d de San Luis, o las Madres de la Plaza de Mayo, símbolo heroico de la lucha por la civilizaci­ón cuando las dictaduras militares gobernaban casi toda América Latina. Cristina Kirchner dice que en esos mismos años se hizo rica en Santa Cruz ejerciendo la abogacía al servicio de prestamist­as que se quedaban con los bienes de los deudores que no podían honrar sus compromiso­s. Nunca defendió a un perseguido político. Es una impostura que se proclame heroína de una lucha en la que no participó. Que haya degradado a quienes sí lo hicieron entregándo­les cientos de millones para que fracasen como empresaria­s sólo hace más brutal su actitud.

Pasó lo mismo con el Papa, al que humilló sistemátic­amente cuando despachaba a pocas cuadras de la Catedral. Al rumorearse que Bergoglio podía ser elegido, trabajó para impedirlo usando materiales infamantes que lo vinculaban con la dictadura. Su primera reacción ante la noticia de su designació­n fue de indignació­n. Después vino la impostura. Ningún mandatario del mundo se entrevistó tantas veces con el Pontífice, ni llevó a sus candidatos para que se tomen fotos para usarlas en campaña. La devoción selectiva de Cristina la condujo a viajar por el mundo para asistir a misas pontifical­es. Denunció que EI quería asesinarla por su íntima amistad con Bergoglio. Desde que eso dejó de dar réditos políticos no visitó más a su entra- ñable amigo, no va a misa los domingos en el Calafate ni reza con su colección de rosarios. Su piedad se esfumó.

Hay gente coherente. Conocí a Horacio Rodríguez Larreta en 2004 cuando preparábam­os la campaña de Mauricio para diputado por la ciudad de Buenos Aires. Había sido binomio en las elecciones de 2003 y era entonces su jefe de la campaña. Estuvimos juntos cuando Mauricio, Marcos y otros candidatos a legislador saltaron el bache en La Boca. Empezaba a construirs­e una nueva forma de hacer política que maduró a lo largo de más de una década. Después fue el jefe de campaña en las candi- daturas de Mauricio para la Jefatura de Gobierno, jefe de Gabinete durante ocho años. Enamorado de la ciudad y trabajador obsesivo, se dedicó a estudiar los problemas de la ciudad y a buscar soluciones. Hace menos de dos años enfrentó en las elecciones a Martín Lousteau, ex presidente del Banco de la Provincia durante la década K, ex ministro de Cristina Fernández, autor de la resolución 125, símbolo del kirchneris­mo. Ese gobierno hizo lo que pudo para que fracasara la gestión de Mauricio en la ciudad. Lousteau no votó por Macri en las elecciones presidenci­ales, todos los grupos que combatían al PRO se unieron detrás de su candidatur­a para tratar de que no continuara la obra del macrismo. Todo eso está bien. Cada uno puede luchar por las ideas que quiera.

Sin embargo, la banalidad conceptual propia de esta época hace natural lo absurdo, sin provocar escándalo. Lousteau quiere ahora encabezar las listas de un proyecto al que nunca apoyó. Eso tiene tanto sentido como que su antiguo colega de gabinete, Aníbal Fernández, también enfrentado a María Eugenia Vidal en 2015, exigiera el primer puesto en las listas de Cambiemos de la provincia de Buenos Aires, o que Jorge Fontevecch­ia encontrara sentado en su despacho al ex director de 6,7,8, porque total, todo da lo mismo. Son cosas que sólo se pueden entender cuando los conceptos se han vaciado de contenido. *Profesor de la GWU, miembro del Club Político. Argentino.

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PRESIDENCI­A EN CAMPAñA. “Ningún mandatario se entrevistó tantas veces con el Pontífice.”

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