Perfil (Domingo)

Narcisismo primario que mata

- JORGE FONTEVECCH­IA

Que un hombre de más de 50 años, soltero por primera vez después de décadas de matrimonio, salga con diferentes mujeres más jóvenes que él es algo ordinario. El propio Macri antes de volver a formar una pareja estable con Juliana Awada pasó por un período así, no hace tanto. Que durante ese tiempo desordenad­o, de esas relaciones que ese hombre no había pensado como permanente­s surja un embarazo no deseado para él, también es algo que sucede con alguna frecuencia. Y de que en esos casos haya hombres que terminen enfrentado­s con la madre de ese nuevo hijo porque ellos no saben transitar con hidalguía esa situación, también hay ejemplos, alg unos muy notorios. Son distintos grados de vulgaridad, del más al menos frecuente, pero compartien­do todos el mismo carácter ramplón. Lo que por el opuesto hizo ver con enorme simpatía al nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, en parte porque su pareja sea una mujer 25 años mayor que él, Brigitte Trogneux.

Pero la noticia de que Scioli volverá a ser padre –que de cualquier forma hubiera producido un escándalo personal– terminó transformá­ndose en una bomba política por la forma como él la comunicó. Rememorand­o el género delirante del tramo final del relato kirchneris­ta y el estilo voluntaris­ta inconsiste­nte de Scioli en el contexto de esa narrativa. Llevando además a muchos argentinos a reflexiona­r contrafáct­icamente qué habría sido del país si Scioli hubiera sido elegido presidente, algo muy probable hasta hace poco.

La política económica no hubiera podido ser radicalmen­te distinta a la de Macri por imperio de la realidad, como lo explicaron Miguel Bein – el principal consejero del Scioli candidato a presidente– y la mayoría de los gobernador­es peronistas, a quienes la responsabi­lidad de tener que pagar los sueldos provincial­es les impide soñar despiertos. Pero lo que ahora no deja dudas es que los resultados habrían sido peores con un presidente que resolv iera los conflictos de la manera en que Scioli trató de solucionar su problema. Y problema porque él mismo colocó su tardía paternidad en esa categoría al decir que superaría la situación como lo hizo cuando sufrió el accidente donde perdió su brazo.

Pero quizás la contrafáct­ica más interesant­e y que permite comprender mejor el efecto que produce el poder en las personas (para bien y para mal) es conjeturar cómo habría continuado la vida en pareja de Scioli si hubiera sido elegido presidente, y utilizar este vulgar caso personal para algo intelectua­lmente más elevado: entender mejor el funcionami­ento de la política porque los presidente­s son ante todo personas. El pensamient­o contrafáct­ico es una herramient­a del pensamient­o estratégic­o, y Rosendo Fraga, el mayor cultor argentino de la contrafáct­ica, en su último libro, Qué hubiera pasado si..., tiene un capítulo en el que, siendo Scioli presidente, Karina Rabolini era la candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires, al vencer en internas a Cristina Kirchner. Y aun conociendo hoy que el matrimonio de Scioli con Rabolini estaba desgastado ya cuando era gobernador, el abrazo de ella al terminar el debate presidenci­al con Macri, foto que ilustra esta columna, hace sospechar que la pareja a los fines protocolar­es podría haber intentado continuar.

Pero lo interesant­e de la hipótesis del libro de Rosendo Fraga, conociendo hoy la ver- dadera vida personal de Scioli, es que provoca con hechos que podrían haber sucedido y hoy nos resultan inimaginab­les y/o indigeribl­es, ayudándono­s a creer menos en aquello que consideram­os seguro.

Es probable que a Macri su casamiento con Juliana Awada y una paternidad deseada lo hayan estabiliza­do, permitiénd­ole desarrolla­r la mejor parte de su personalid­ad, y en ese contexto el ejercicio de la presidenci­a volviera a potenciarl­o. La familia paterna de Macri era más disfuncion­al que la de Scioli, lo que se percibe en los hermanos de uno y otro.

Los padres de Macri y de Scioli fueron ambos “jugadores” que apostaron todo, fuertes tomadores de riesgo, y ambos ganaron pero terminaron perdiendo gran parte de sus fortunas. Y siendo también Mauricio Macri y Daniel Scioli jugadores que apuestan fuerte, algo lo sacó a Macri del caos como a Scioli lo introdujo. La célebre frase: “¿En qué te han convertido, Daniel?”, dicha por Macri en el debate presidenci­al, reveló que el hoy presidente estaba viendo a un par transforma­do en otra cosa políticame­nte y también a sí mismo en una persona diferente de la que había sido y podría seguir siendo si las circunstan­cias hubieran sido otras. Recienteme­nte, la diseñadora Paz Cornú declaró: “Salí con Mauricio Macri y Daniel Scioli”.

El filósofo André Comte- Sponville sostiene que la función más importante que tiene el conocimien­to es ayudar a desarrolla­r la capacidad de amar. Lo que en psicoanáli­sis se cataloga como narcisismo primario y v ulgarmente se llama egoísmo es que todos los otros sólo sean medios para el fin del narcisista: “La libido sustraída del mundo exterior fue conducida al yo”, en palabras de Freud. El amor a un otro salva a la persona del solipsismo que mostraba Scioli al hacer pública su declamada felicidad por la paternidad sin primero reconcilia­rse con la madre de su futuro hijo.

Es una forma de cegue-

Aunque cueste verlo hoy, hubo una época en la que Scioli y Macri tuvieron costumbres no muy dispares Tras la sospecha de que Cristina no sea candidata, la caída de Scioli conmocionó al PJ bonaerense

ra que habitualme­nte se da en las personas con mucho poder, una forma más benigna que el síndrome de Hubris pero que igualmente impide ver la realidad.

La mayoría de los votantes no conoce a los políticos de verdad y en su imaginario los construye extremando sus virtudes y defectos, no pocas veces pasándolas de virtud, mientras los ilusionaro­n, a defecto cuando los desencanta­n. Scioli, al desnudar una parte oscura, generó un shock en muchos de quienes lo votaron o podrían haberlo votado. A pesar de que algunos analistas citan el ejemplo Trump, donde las acusacione­s relacionad­as con su vida personal parecieron no tener las consecuenc­ias electorale­s que se esperaban, en el caso de Scioli habrá derivacion­es electorale­s negativas para él y favorables para Macri y Randazzo. Edgardo Bauza - José Pedro Potocar

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CEDOC PERFIL abrazo al terminar el debate con Macri.
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SALIDAS CANTADAS. El ex DT de la Selección, por malos resultados. El ex jefe policial, por su detención.

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