Muerte en escena
El músico Bruce Hampton cumplió 70 años el 30 de abril y cuando al día siguiente unos colegas organizaron un recital en su honor en el Teatro Fox de Atlanta, mientras sonaba la canción Enciende la luz de tu amor, sufrió un desmayo y fue llevado al hospital donde murió.
Este fue sólo un caso más de un artista que dejó su vida en un escenario. Recordar a todos los que murieron en escena sería imposible pero nombraré a algunos.
En 1673 el célebre autor y actor, francés Molière, sufrió un ataque de hemoptisis cuando protagonizaba su obra El enfermo imaginario y murió al ser llevado a su casa. Desde entonces quedó la leyenda de que vestirse de verde en escena (el color de la ropa que él llevaba) trae mala suerte.
En 1873 la actriz Matilda Pascaly, vestida de ángel en Don Juan de Marana fue desviada en su vuelo y se estrelló contra una pared. Felix Mottl, murió en 1911 en Munich mientras dirigía la ópera Tristán e Isolda. Casualmente, en 1968 murió Joseph Keilberth en ese mismo teatro de igual modo dirigiendo la misma ópera. El mago Chung Ling Soo en 1918 fue herido de un balazo al fallar un truco y murió al día siguiente. El organista Louis Vierne en 1937 murió en la catedral de Notre Dame de París mientras tocaba su instrumento. El pianista Simon Barere murió de una hemorragia cerebral en 1951 en el Carnegie Hall mientras ejecu- taba el Concierto en la menor de Grieg. Tyrone Power murió en 1958 luego de sufrir un infarto en el plató cuando rodaba una escena de espadachines en Salomón y la Reina de Saba. Leonard Warren también murió de un infarto en 1960 cuando cantaba un aria de La forza del destino en el Met. Curiosamente, entonces ya estaba ensayando el aria “Morir, tremenda cosa” para su próximo rol en la ópera Don Carlo. Nelson Eddy murió del mismo modo en un show en un hotel de Palm Beach. Zero Mostel falleció de una aneurisma en 1977 en el preestreno de una obra basada en El mercader de Venecia. En 2001 el bailarín Pablo Lisazo también murió de un aneurisma mientras ensayaba una coreografía. El percusionista Domingo Cura en 2004, falleció de un paro cardíaco durante una función en el teatro Lola Membrives. Miriam Makeba murió de un infarto en 2008 luego de cantar su éxito Pata-Pata en un show en Castel Volturno, en Italia.
El impacto que produce en el público ver morir a su artista admirado en el escenario durante un espectáculo es difícil de imaginar y sin duda esa impresión dejará un recuerdo imborrable.