Los fundamentos de las opiniones
En la mente hay imágenes. Nueva información puede cambiar una imagen; la imagen puede crearse sobre la base de noticias, percepciones, rumores o primeras impresiones, o puede existir previamente y ser insensible a una nueva información. Las imágenes no son verdaderas ni falsas, simplemente son. Nadie está en posición de establecer cuáles imágenes son más correctas o se ajustan mejor a algún atributo “objetivo” de los hechos reales. La circulación de imágenes en el espacio social es un diálogo permanente entre quienes forman parte de él. Esos flujos no siguen caminos para aproximarse a la verdad; tan sólo expresan visiones de las cosas, comunican pro- puestas de respuestas a los hechos problemáticos, transmiten sentimientos y gustos, reflejan expectativas y demandas, conforman vínculos sociales. Sin duda, hay algunos temas sobre los cuales, para poder opinar, la gente nece- plazo y el cambio sustantivo de opinión que a veces ocurre, generado por algún factor que los demás no conocemos y que nos lleva a juzgar a quien cambió de opinión como una persona inestable. Todos tendemos a cambiar de opi
nión con fundamentos; sita alguna información. Aun así, cuando el tema se hace público, muchos opinan sin disponer de información. Hay otros temas para los cuales no es necesaria mayor información. En muchas situaciones, los individuos opinamos sin mayores fundamentos informativos. Existen mecanismos mediante los cuales las personas desarrollan una opinión propia sin información sostenible: se basan en la opinión de otros, siguen una corriente que asegura algunos elementos de pertenencia y evita el aislamiento social, utilizan un instrumento práctico sustitutivo de la información. Aunque a menudo las opiniones de la gente parecen erráticas o infundadas, generalmente no lo son. Las opiniones de las personas tienden a ser estables, pero hay dos aspectos que generan la apariencia de inestabilidad: la variabilidad estadística a cortísimo ahora, no todo el mundo fundamenta sus opiniones de la misma manera: no todo el mundo toma en cuenta la misma información, no todos disponemos de la misma cantidad y calidad de información en nuestra mente, no todos atribuimos la misma importancia a la misma información u opinión que nos llega de afuera. Que los fundamentos de las opiniones puedan ser distintos en distintas personas no quiere decir que algunas opiniones carezcan de fundamentos. Por otro lado, no todos utilizamos siempre los mismos instrumentos cognitivos para formar o seleccionar opiniones. Independientemente del nivel en el que se ubiquen los juicios que en cada circunstancia formula un individuo, es posible diferenciar distintos tipos de lógica que subyacen a ellos. Me interesa el esquema de tipos de creencias propuesto por Dandridge, basándose en una tipología elaborada por Boulding. Ese enfoque sugiere que no todas las opiniones son conmensurables y, por lo tanto, no todo diálogo en el espacio social es fructífero y ni siquiera es siempre viable. Dandridge diferencia cuatro tipos de creencias, sostenidas en cuatro tipos de lógicas: 1. Pensamiento dogmático: las creencias son incuestionables: sólo una conclusión es posible. 2. Pensamiento abierto: es una disposición mental que reconoce la posibilidad de creencias distintas. Alguien puede mantener creencias rígidamente, pero reconoce que otros pueden no hacerlo; se mantiene una fe, pero se reconoce que puede haber otras, o ninguna. Con frecuencia este tipo de pensamiento se sostiene en una autoridad que imparte la creencia correcta. 3. Pensamiento racional argumentativo: es una disposición mental que sólo admite creer en lo que puede ser probado, demostrado o argumentado. Es propia del discurso deductivo. 4. Pensamiento simbólico: consiste en símbolos que inspiran esperanza o nuevos objetivos. Boulding considera este tipo de pensamiento simbólico un estadio superior al pensamiento dogmático, porque no es excluyente y permite una proyección simbólica constructiva. Creencias como los “ideales” o la “fe” no son racionales en el sentido de 3, ni tampoco dogmáticas en el sentido de 1; son más bien imaginativas. Es posible que el ser humano, cuando ha abandonado el pensamiento del tipo 1, necesite el del tipo 4. casi todos actuamos en muchas situaciones de la vida como si fuésemos creyentes de muchas cosas, aunque no las creamos del todo. “La gente elige creer; y al hacerlo las personas se permiten a sí mismas ser influidas por símbolos; pueden ser inspiradas por ellos y hasta gobernadas por ellos”. Fragmento de El poder de la conversación.