Ahora usa un teléfono con criptografía
ganta profunda”, divulgó infidencias del Watergate.
Claro que los casos no son calcados: en Estados Unidos debieron aguardar más de tres décadas para saber quién era el “garganta profunda” del The Washington Post.
En Brasil, ya se sabe de antemano quién sería el delator de Temer, y éste eventual arrepentido no hablará, si es que lo hace, ante la prensa, sino ante la Corte. Nadie descarta que el “garganta profunda” brasileño comience a realizar movimientos la semana próxima ya que para ganar el derecho a la “delación premiada” deberá entregar información en breve. Ganar tiempo. Temer apuesta a que su caso se prolongue para ganar tiempo político y ha repetido que no renunciará, mientras sigue consultando a políticos y abogados para garantizar su permanencia hasta el fin de su mandato, en diciembre de 2018, cuando habrá cumplido dos años y medio. Collor de Mello también permaneció poco más de dos años en el gobierno, del que salió por un escándalo de corrupción y cuando el Congreso había aprobado iniciarle un impeachment. Lo que selló el destino político de Collor fueron las movilizaciones masivas, y multipartidarias, pidiendo su renuncia. La marcha del miércoles contra Temer aún no alcanzó esa masividad. Es lo único que le queda. Sólo después de haber tenido una conversación interceptada por la Policía Federal, Michel Temer decidió solicitar un teléfono protegido con criptografía.
Así lo reveló ayer el diario Folha de Sao Paulo, que precisó que el aparato le fue entregado al presidente por el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), que coordina las actividades de seguridad de la información del gobierno con apoyo de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN).
Desde que asumió, el año pasado, Temer nunca utilizó un teléfono de este tipo, de los llamados TSG (Teléfono Seguro).
Los TSG, dijeron fuentes de inteligencia a Folha, poseen un “dispositivo de criptografía para comunicaciones telefónicas y ofrece seguridad en el tráfico de voz y datos”.
Las llamadas entre dos teléfonos criptografados pueden ser interceptadas, pero el diálogo es ininteligible. Sin embargo, cuando un teléfono TSG se comunica con otro normal, la criptografía no funciona.
En la Operación Patmos, lanzada la semana pasada para comprobar los términos de la delación del empresario Joesley Batista, salió a la luz que la policía, por órdenes del Supremo Tribunal Federal (STF), había interceptado al menos una conversación de Temer con el diputado Rodrigo Rocha Loures, acusado de haber recibido sobornos del gigante cárnico JBS por indicación del propio presidente.