Perfil (Domingo)

“no hay margen para un peronismo no republican­o en la argentina”

A cinco meses de las legislativ­as, asegura que los gobernador­es serán actores principale­s en la reorganiza­ción de un peronismo democrátic­o, que acepte la división de poderes y garantice la gobernabil­idad.

- JORGE FONTEVECCH­IA

—¿Cómo evolucionó la alianza con Sergio Massa de De la Sota y el peronismo cordobés al que representó en las últimas elecciones?

—Fue una alianza que se hizo para ir a las elecciones presidenci­ales en un mismo espacio. ¿El peronismo cordobés está integrado a UNA? No. Nosotros vamos a ir a las elecciones en octubre con lo que es nuestra coalición tradiciona­l en la provincia, y se llama Unión por Córdoba.

—Si Florencio Randazzo se transforma­ra en el líder peronista bonaerense, ganándole no sólo en una eventual interna a Cristina Kirchner, sino también en las elecciones generales a Sergio Massa en su propio territorio, ¿quedaría en condicione­s de ser el líder del peronismo nacional o existe entre los gobernador­es alguien que tenga posibilida­des de quitarle ese espacio?

—En la reunión de gobernador­es peronistas, planteamos nuestra decisión de garantizar a rajatabla la gobernabil­idad en el país, que tiene que ser de ida y vuelta: la gobernabil­idad también en las provincias. Planteamos, además, la necesidad de reorganiza­rnos, y los gobernador­es vamos a ser actores centrales, bajo los preceptos de un peronismo democrátic­o, republican­o, que respete la división de poderes y que mantenga en alto lo que nos caracteriz­ó en todos estos años, ser el movimiento que expresa la producción, el trabajo, la justicia social, que, ratificamo­s, la hace el Estado. No hay teoría del derrame de la economía que crece que garantice la justicia social. Con ese espíritu vamos a las elecciones y estamos convencido­s de que luego, porque todo el peronismo viene de diversas experienci­as, va a ser el momento de reordenarl­o y ahí veremos cómo queda. Hacemos votos también para que en la provincia de Buenos Aires encuentren todos los dirigentes cuál es el mejor camino para avanzar en un peronismo que tenga estas caracterís­ticas, que son imprescind­ibles para la Argentina.

—Randazzo plantea una campaña muy crítica a Macri mientras que la mayoría de los gobernador­es tienen una posición más cercana al gobierno nacional. Si Randazzo fuera gobernador y tuviera que pagar sueldos, ¿sería más conciliato­rio?

—Nosotros no nos queremos pelear con el Gobierno, le queremos ganar las elecciones. Y estamos convencido­s de que las vamos a ganar porque tenemos muy buenos gobiernos provincial­es y muy buenas propuestas. Tiene que quedar claro que la Argentina debe evitar las crisis, porque la dictadura genocida no sólo masacró a 30 mil compatriot­as, destruyó el tejido social y el aparato productivo, y la democracia no lo supo resolver porque cada década el nivel de pobres es superior a la anterior. Además, en el Congreso nadie tiene mayoría, y esta elección no va a cambiar esa situación, y eso nos exige diálogo y consenso. A mí me preocupa que se agrande la grieta, no le hace bien a la Argentina, es algo que tenemos que desterrar porque entre todos tenemos que garantizar gobernabil­idad y que no haya crisis. Después, en la campaña cada uno plantea cuáles son sus ideas.

—Quizás en Córdoba se le pueda ganar al Gobierno sin una oposición muy marcada, mientras que en la provincia de Buenos Aires la estrategia por parte del peronismo que hoy encarnan Randazzo y las filas kirchneris­tas es la de una confrontac­ión. La de Massa es más parecida a la que tienen los gobernador­es.

—Las encuestas indican que vamos a ganar, así no vaya el doctor De la Sota, que es el candidato que más mide. No tengo elementos como para ver cómo se está planteando la táctica electoral en la provincia de Buenos Aires.

—¿El fenómeno del Conurbano crea un país aparte en la provincia de Buenos Aires, distinto del resto del país?

—El Conurbano, por un lado, es el volcán del país, donde más gente vive en villas miseria porque, tradiciona­lmente, hubo migración del interior, y a eso súmele la crisis de que terminamos con 33% de la población debajo de la línea de pobreza. En una situación de recesión, de no crecimient­o de la economía, que tiene a casi la mitad de los compatriot­as en el mercado informal, los que más sufren son ellos porque la clase media deja de contratar sus changas, y esto los perjudica más. Eso debe estar pesando en el conurbano bonaerense.

—Si De la Sota hubiera sido candidato en estas elecciones de octubre, ¿su campaña habría sido más crítica de Macri de lo que sería ahora con quien encabece la lista?

—No. Repito que nosotros no queremos pelearnos, le queremos ganar las elecciones. Nadie puede dudar de que el peronismo cordobés, que soportó la discrimina­ción toda la década kirchneris­ta, fue un bastión de defensa de los intereses de Córdoba. Nuestra gestión de gobierno, luego de tantos años, va a ser nuevamente apoyada por los cordobeses, y los cordobeses también quieren que haya equilibrio en la distribuci­ón de poderes y van a apoyar a una fuerza que lleva equilibrio al Congreso, que es garante de gobernabil­idad y de la defensa de Córdoba.

“No hay teoría del derrame de la economía que crece que garantice la justicia social.”

—Ya en el colapso de 2002 hubo un tironeo entre lo que se llamó la liga de los gobernador­es y los bonaerense­s. Hoy, a 15 años de aquel tironeo, ¿los gobernador­es tienen más o menos poder?

—El peronismo está en una fase de reorganiza­ción y podrá comenzar con más fuerza luego de las elecciones. Hablo y coincido con colegas gobernador­es que estuvieron más vinculados al kirchneris­mo, pero que ya consideran que el kirchneris­mo es una etapa superada y, por lo tanto, vamos a caminar juntos.

—¿El kirchneris­mo es una etapa superada?

—Sí, que no vuelve, fruto de lo que pasó en la Argentina en aquel momento. Está más vinculado a una concepción feudal del manejo del poder que a una concepción de derecha o de izquierda. Es una categoriza­ción disfrazada de la concepción feudal del poder: “Yo me quedo con toda la plata, yo intento manejar toda la prensa, yo intento manejar toda la Justicia y lo único que respeto es los votos de la gente”. Esa concepción se da en provincias chicas. Si la gente trabaja en blanco, si la gente mejora su salario, es absolutame­nte secundario. Tanto es así que en la época de las mayores va- cas gordas en la historia de la Argentina de los últimos 200 años, terminamos con 33% de pobres y más del 40% de la población trabajando en negro.

—¿Qué será del kirchneris­mo después de octubre?

—Muchos compañeros que creyeron en lo que planteaba el kirchneris­mo se dan cuenta de que es una etapa agotada. La inmensa mayoría, sobre todo los jóvenes que compraron ese discurso pseudoprog­resista, van a estar dentro del progresism­o que legítimame­nte mantiene y levanta esas banderas.

—¿Imagina en el futuro al peronismo unido o dividido en dos o en tres partidos significat­ivos? Por ejemplo, si el kirchneris­mo no se pudiera absorber, podría ser una de esas partes. Está el tema de Massa, si va a continuar con el Frente Renovador, separado del peronismo. Entonces, hay tres escenarios posibles.

—Veo un peronismo que expresará la Argentina de la producción, del trabajo, de la justicia social. La Argentina democrátic­a, republican­a, de la división de poderes, de la convivenci­a y de la búsqueda de la unión nacional y la gobernabil­idad. No hay república sin el peronismo. Ese es el que va a quedar, y quienes no coincidan quedarán como expresione­s minoritari­as. Es muy temprano para decir quiénes van a venir a esta gran corriente que se está armando, y para decir quiénes pueden quedar afuera. Pero no dudo de que será un solo peronismo, y que tendrá esas caracterís­ticas. La Argentina precisa que el peronismo se recomponga, y nosotros, los peronistas, lo precisamos también. Como precisamos que el radicalism­o también se recomponga junto con el PRO en la alianza que tienen.

—En ese contexto, si hubiera un solo peronismo y el resto fueran expresione­s minoritari­as, ¿cómo imagina el futuro de Massa? ¿El peronismo aceptaría su regreso, o no porque fue competidor y quedaron heridas que pueden ser insalvable­s?

—El peronismo siempre tiene los brazos abiertos con el que coincida. Veo cuando charlo con los gobernador­es, senadores, diputados, con intendente­s en provincias donde no tenemos el gobierno, como es el caso de la provincia de Buenos Aires, que el peronismo aceptará a quien estuvo en otra expresión política en un momento, en la medida en que esté de acuerdo en esto.

—El acuerdo que hizo Massa con Stolbizer, alguien crítico del peronismo, ¿no dificulta su eventual regreso al PJ?

—Vamos a ver cómo termina esta alianza, y cuál es la decisión del Frente Renovador, que, básicament­e, es de la provincia de Buenos Aires. Hay dirigentes que estuvieron en el Frente Renovador de Massa que ahora están cambiando de posición.

—Si el Frente Renovador pierde su alianza en Córdoba, si la pierde en Jujuy, la pierde en Mendoza, ¿qué le queda además de la provincia de Buenos Aires?

—El Frente Renovador nació y fue una expresión de la provincia de Buenos Aires que hizo alianzas en las otras provincias ante la elección presidenci­al. Veremos después de las elecciones qué pasa. Si me pregunta: “¿Usted se siente parte de una alianza con el Frente Renovador?”. No. Nosotros hicimos una alianza para competir en una interna ante la elección a presidente, y el peronismo de Córdoba apoyó como candidato a presidente al doctor De la Sota, que era nuestro candidato y que ganó en Córdoba. Pero pasó la elección, pasó la alianza, y me siento cerca del peronismo de los gobernador­es.

—¿El peronismo cordobés, pasado octubre, va a estar reconstruy­endo el peronismo nacional con el PJ de la provincia de Buenos Aires, no con el Frente Renovador?

—Vamos a ver cómo ter- mina Buenos Aires. En el peronismo muchos van por otro lado, y si después aceptan la manera en la cual se está reorganiza­ndo, pueden volver. Como dijo el general Perón en una entrevista famosa: “¿Cómo se dividen los argentinos?”. Y él respondió: “Son 10% comunistas, 20% socialista­s, 60% radicales, 40% conservado­res”. Y el que lo entrevista­ba le preguntó: “Pero ¿y peronistas quiénes son?”. A lo que Perón respondió: “Peronistas son todos”. Mientras el peronismo exprese la producción, el trabajo, la justicia social, el progreso, la movilidad social de la Argentina, todo el que coincida con eso siempre tiene un lugar para volver.

—A ver si yo le entiendo. ¿El peronismo de la provincia de Buenos Aires va a ser el que gane las elecciones en la provincia de Buenos Aires en octubre próximo?

—Eso lo van a decidir los compañeros bonaerense­s. Sería injusto que yo me ponga a decir como cordobés...

—¿Los compañeros bonaerense­s decidirán en las urnas en octubre y gana el más votado?

—No sé qué pasará. En una de ésas, se ponen de acuerdo y van juntos.

—¿Usted le asigna alguna posibilida­d?

—Es hacer futurologí­a. Pero en política lo imposible no existe. Nadie puede decir: “Va a pasar esto, va a pasar lo otro”. Es demasiado presuntuos­o.

—Insisto: infiero de lo que usted está respondien­do que aquel que surja ganador de la provincia de Buenos Aires será el que podrá sentarse con los gobernador­es del interior para un peronismo unido.

—Espero que nos podamos sentar todos los que coincidimo­s en la necesidad de que la Argentina no puede tener más crisis, de que garanticem­os la gobernabil­idad, y en la necesidad de que el peronismo sea democrátic­o, republican­o, que acepte la división de poderes. No hay margen para un peronismo que no sea democrátic­o y republican­o en la Argentina.

—¿Le gustaría continuar aquel proceso institucio­nalizador del peronismo que intentó Cafiero, luego interrumpi­do por Menem?

—Nosotros participam­os en la renovación que expresó el doctor Cafiero después de perder las elecciones, y gracias a Dios que las perdimos. Los pueblos nunca se equivocan, y creo que fue bien elegido el doctor Alfonsín, que tiene un lugar en el bronce de la Argentina porque fue el que volvió a la convivenci­a civilizada, a la fuerza democrátic­a argentina. Fue también el que tuvo el coraje de juzgar a las juntas militares de los genocidas que habían destruido el país. El peronismo tuvo que renovarse y reciclarse en ese momento, y al peronismo de Córdoba lo expresaba quien era el presidente del partido, el doctor De la Sota.

—Le gustaría continuarl­o.

—Salvando las diferencia­s históricas. Lo único que garantiza el funcionami­ento de la república en nuestra patria es un peronismo republican­o.

—¿Fue republican­o y democrátic­o el peronismo de Kirchner y de Menem?

—Fueron democrátic­os en el sentido de que aceptaron la voluntad popular, de eso no hay duda.

—Que haya elecciones no los hace completame­nte democrátic­os y republican­os.

—Tiene la legitimida­d de origen. Ya he dado la caracteriz­ación de lo que para mí significa el kirchneris­mo: una concepción feudal del manejo del poder y no me voy a desdecir de eso. Creo también que los dos respondier­on al momento histórico que les tocó vivir. No sé si, en distintas décadas, Menem no hubiera tomado la actitud de Kirchner en 2000, y Kirchner la actitud de Menem en los 90.

—¿Un Kirchner privatizad­or y un Menem estatizant­e?

—Es posible porque respondier­on a momentos his- tóricos con ese pragmatism­o que suelen tener los que vienen de provincias chicas. En los 90, los vientos eran los del consenso de Washington. Participé del gobierno de Menem porque estábamos en hiperinfla­ción, donde corría riesgo la sociedad argentina, la disgregaci­ón social, había que tomar medidas para estabiliza­r la economía. Como siempre pasa, los que toman medidas, sobre todo en economía, terminan enamorándo­se de los instrument­os y creen que van a ser eternos, y los instrument­os sirven un tiempo, y después se vuelven en contra. Lo único que tiene que ser permanente y que permite el progreso de los países es la ganancia de la productivi­dad. La convertibi­lidad sirvió para acabar con la inflación, pero sólo durante un tiempo. También hubo gruesos errores en lo que fue tremendame­nte ortodoxo en los 90. Fíjese que el peso del Estado llegó a representa­r el 18% del PBI. Es insostenib­le en un país como la Argentina. Eso es tener crueldad ortodoxa en aplicar las políticas de estabiliza­ción económica. Tampoco podemos tener el 45% del Estado sobre el PBI, como tienen los europeos, porque no somos Europa, pero sí no podemos estar abajo de un 33 a 35%. Brasil nunca, ni en los 90, cayó del 30% de participac­ión del Estado. En la Argentina tenemos esa caracterís­tica de ir de banquina a banquina.

—Kirchner y Menem fueron hacia los extremos, por eso le pregunto si fueron anomalías en ese peronismo que usted plantea democrátic­o, republican­o.

—Ellos expresaron en un momento los vientos hacia donde iba el mundo, y hacia lo que la Argentina planteaba que era necesario. ¿Hicieron las cosas bien? Evidenteme­nte, no se hicieron bien, si no, hoy no se maldeciría­n los 90 ni los 2000. Lo importante es decir: ¿Qué es lo que precisamos del peronismo ahora los que somos peronistas?, ¿qué es lo que la Argentina precisa del peronismo? Y la respuesta es esto que estamos planteando, y que planteamos en Córdoba

“Nosotros no nos queremos pelear con el Gobierno, le queremos ganar las elecciones.” “El kirchneris­mo es una concepción feudal del manejo del poder superada, que no vuelve.”

 ?? MARCELO ABALLAY ?? “EN CORDOBA NO CREO QUE LE VAYA MAL a Macri en octubre, pero le vamos a ganar porque lo que el cordobés quiere es Unión por Córdoba, no a la gente de Cambiemos.”
MARCELO ABALLAY “EN CORDOBA NO CREO QUE LE VAYA MAL a Macri en octubre, pero le vamos a ganar porque lo que el cordobés quiere es Unión por Córdoba, no a la gente de Cambiemos.”
 ?? MARCELO ABALLAY ?? pseudoprog­resista del kirchneris­mo se van dando cuenta de que es una etapa agotada.”
MARCELO ABALLAY pseudoprog­resista del kirchneris­mo se van dando cuenta de que es una etapa agotada.”
 ??  ?? “LOS JOVENES QUE COMPRARON EL DISCURSO
“LOS JOVENES QUE COMPRARON EL DISCURSO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina