Perfil (Domingo)

Chefs se transforma­n en guías de turismo de viajeros gourmet

Dolli Irigoyen y Osvaldo Gross dan clases de cocina a bordo de un crucero de lujo por Europa. Fernando Trocca acompaña a sibaritas a recorrer Nueva York. Y hacen travesías de chicas por los sabores de Tokio.

- PAULINA MALDONADO / CLARA FERNANDEZ ESCUDERO

Además de comandar los fuegos de sus propios espacios, dan clases de cocina, visitan mercados de todo el país en busca de productos nuevos, publican libros con sus mejores recetas y hasta cocinan por televisión. Pero hay algo más que une a Dolli Irigoyen, Osvaldo Gross y Fernando Trocca: incorporar­on la de guía de turismo a sus múltiples ocupacione­s, y –desde el año pasado los dos primeros y este mes, el último–, acompañan grupos de viajeros ávidos de descubrir destinos no sólo a través de catedrales y museos sino conociendo más sobre sus sabores, aro

mas y platos típicos. Dolli y Gross están a punto de embarcar, en octubre, en su segunda travesía juntos a bordo del Marina (un barco de la compañía Oceanía Cruises) de 15 días por Italia y Grecia, pero con el plus de estar pensado íntegramen­te para los amantes de la gastronomí­a –tiene hasta una escuela de cocina a bordo, donde los chefs argentinos dan una master class a los pasajeros con productos que eligieron en alguna de las escalas– y Trocca acaba de volver de una experienci­a de una semana guiando a un grupo de once sibaritas por los mejores restaurant­es, cafés, mercados y bazares de Nueva York, ciudad a la que ama y en la que vivió algunos años. El turismo gastronómi­co es una tendencia que se consolida cada vez más y sobresale de los típicos viajes temáticos: “Siempre hay que ir muy atento y con ganas de descubrir cosas: un aroma, un mercado, un productor, un cafecito. Me encanta llegar a un puerto en la mañana y salir a caminar y perderse por las ciudades. Uno se sorprende o se desilusion­a”, dice Irigoyen.

Para Gross, el interés por este tipo de travesías está directamen­te relacionad­o “al lugar cada vez más importante que la gastronomí­a ocupa en las conversaci­ones. Uno en una mesa antes no hablaba de comida. Hoy existen redes como Instagram, donde se comparte si fuiste a probar tal vino o tal café. La gente antes te preguntaba por los museos, después por las obras de teatro, y hoy te pregunta por los restaurant­es y por los mercados”–asegura. Trocca coincide: “Esto es algo que nunca había hecho y me animé porque lo de aconsejar es un ejercicio que hago habitualme­nte, pero no lo llevo a esta escala: hago listas de restau-

rantes y cuando voy a un lugar nuevo anoto, mis amigos me escriben y me piden la lista de tal lugar y yo hago copy paste y la mando. Y cuando viajo, me gusta acompañar a algún amigo a descubrir un lugar nuevo, no necesariam­ente de 3 estrellas Michelin”, cuenta. En el viaje organizado por Unyverse Live, “sumamos la ventaja de que muchos de los cocineros a los que visitamos son amigos míos y en cuando estaban, salieron a saludarnos”. Uno de ellos fue nada menos que Dan Barber, el cocinero de Blue Hill Stone Barns, restaurant­e número 11 en el top 50 mundial, que armó un menú para el grupo. Animarse a probar. Andy Clar es la responsabl­e de Chicas en New York, y organiza tres destinos por año en grupos reducidos sólo para mujeres: Nueva York –su clásico–, Chile y, este año, incorporó Tokio, de donde jura que trajo mujeres “arriesgada­s a los sabores nuevos: sin decirles qué estaban comiendo, las hicimos probar anguila en un mercado y sushi en el espacio de Jiro, el más famoso de Japón, incluso a aquéllas que no comen pescado”, cuenta. Pero es en la Gran Manzana don- de hace su “tasting day”, un día entero acompañado por la cocinera Jessica Lekerman, dueña del restaurant­e Mooï, en el que prueban platos y bebidas en distintos barrios: “Hacemos cupcakes en Magnolia, pero también nos recibe el mejor maestro pizzero que nos cuenta sus secretos”, describe. El viaje se completa con una noche de gala en la mesa imperial de Buddakan, “el de de Sex and the City, que ahora cierran para nosotras. Comemos en un barco frente a Tribeca, al atardecer”, agrega.

“Cuando era joven, probaba más cosas y ahora voy más a lo clásico. Hay almas viajeras que todo el tiempo están ensayando y degustando cosas nuevas. Yo siempre recomiendo que hagan un croquis para visitar esos lugares. En mis valijas siempre vuelvo con más moldes, mercadería­s, ingredient­es, especias y productos raros que ropa”, asegura Gross. Para su compañera, hay pocas cosas más gratifican­tes que traer en las valijas “un buen aceto o pasta, una sal en escamas o un aceite de oliva extra virgen”.

 ?? FOTOS: GZA UNYVERSE LIVE ?? Fernando Trocca, en Katz. Andy Clar, en Magnolia. ■ Al mercado con los maestros. En la costa amalfitana, Dolli y Osvaldo aconsejan qué productos elegir.
FOTOS: GZA UNYVERSE LIVE Fernando Trocca, en Katz. Andy Clar, en Magnolia. ■ Al mercado con los maestros. En la costa amalfitana, Dolli y Osvaldo aconsejan qué productos elegir.
 ??  ?? Para los cocineros, lo Todo fresco. local y mejor es conocer la producción estación. llevarse frutas y verduras de Pastelería de alto vuelo. Los postres cambian en Italia, Nueva York o París, donde Gross acompaña alumnos.
Para los cocineros, lo Todo fresco. local y mejor es conocer la producción estación. llevarse frutas y verduras de Pastelería de alto vuelo. Los postres cambian en Italia, Nueva York o París, donde Gross acompaña alumnos.
 ??  ?? ■ Lujo. Bombones de alta gama comprados en una pastelería italiana.
■ Lujo. Bombones de alta gama comprados en una pastelería italiana.
 ?? FOTOS: GZA PAVESE ?? Para gourmands. Trocca llevó al grupo a comprar a Zabar’s, un bazar y deli emblemátic­o de Nueva York.
FOTOS: GZA PAVESE Para gourmands. Trocca llevó al grupo a comprar a Zabar’s, un bazar y deli emblemátic­o de Nueva York.
 ??  ?? En las clases a Del Mediterrán­eo. bordo del crucero, los pasajeros de mar. probaron con pescados y frutos
En las clases a Del Mediterrán­eo. bordo del crucero, los pasajeros de mar. probaron con pescados y frutos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina