Investigan la ruta del financiamiento de dos obras
La Justicia comenzó a poner el foco en la ruta de los fondos que el Estado destinó a Odebrecht. Pero además, el espectro del Lava Jato en la Argentina comienza a expandirse: hay otra constructora brasileña en la mira: Camargo Correa. El financiamiento de las obras investigadas tiene un tronco común con otras causas de presunta corrupción en la obra pública: el Banco Nación y su cartera de fideicomisos. A través de esta banca se financiaron los gasoductos de Skanska y de Odebrecht. También las plantas potabilizadoras de Aysa.
Tanto Odebrecht como Camargo formaban par te en Brasil de un cartel de la obra pública. El juez federal Sebastián Casanello las investiga por dos obras que les entregó Aysa en 2008: las plantas potabilizadoras de agua de Tigre y Berazategui. La primera quedó a cargo del consorcio integrado por Odebrecht, Roggio, Supercemento y Cartellone por más de $ 2.774 millones. La segunda fue adjudicada a Camargo y Esuco por más de $ 500 mi- llones.
Además de investigar si estas licitaciones estaban direccionadas para que las autoridades las distribuyan entre estos dos grupos de empresas, el financiamiento de las obras es clave para saber si terminaron costando más de lo que se preveía y si se pueden establecer sobreprecios. Casanello ordenó el viernes que Nación Fideicomisos, el Ministerio de Hacienda y el Banco Nación informen todos los giros que se hicieron en relación con las obras. En el período que ambas obras se licitaron, Odebrecht admitió haber pagado US$ 35 millones en sobornos a funcionarios argentinos.
Desde el juzgado, también se envió una orden de presentación a ArchiBaires, una firma dedicada al guardado y administración de archivo de empresas, en la que cuatro de las seis empresas que intervinieron guardan documentación que la Justicia necesita para investigar y que no fueron encontradas cuando se realizaron una serie de allanamientos a fines del mes pasado.