Perfil (Domingo)

País Buenos Aires

- JORGE FONTEVECCH­IA

Sigue de ayer: El regreso de Cristina (I) Qué se discute ¿Es la Unión Ciudadana de Cristina Kirchner un partido vecinal del conurbano de Buenos Aires? Muchos encontraro­n en su acto de lanzamient­o del Día de la Bandera una estética PRO o duranbarbi­sta, pero hay una similitud de fondo mucho más relevante y a la que no se le prestó debida atención. El PRO fue durante mucho tiempo considerad­o un partido vecinalist­a de la Ciudad de Buenos Aires.

En las polémicas personales que desde hace diez años venimos manteniend­o con Duran Barba por ser desde entonces columnista de este diario, hubo una controvers­ia recurrente. Hasta la conformaci­ón de Cambiemos, siempre le criticaba su poco interés en la construcci­ón de una fuerza nacional con presencia en todas las provincias. Mi argumento era que por el hecho de que Duran Barba viene de un país pequeño como Ecuador, rodeado de los otros países latinoamer­icanos del océano Pacífico también con territorio­s no muy extensos y sistemas de gobierno unitarios, su experienci­a política se concentrab­a en intendente­s de las principale­s ciudades que pasaban a presidente­s de sus países. Mientras que en la Argentina así como en Brasil, al tener grandes extensione­s y ser países federales, las figuras de los gobernador­es eran más presidenci­ables (Carlos Menem, Néstor Kirchner).

Pero probableme­nte, entre otros factores, el acelerado y continuo cambio poblaciona­l que produjo la migración del interior a la ciudad de Buenos Aires (la mitad del Conurbano no existía hace veinte años) fue haciendo que la Argentina fuera dejando de ser un país federal para convertirs­e en uno cada vez más unitario, y progresiva­mente le fue resultando más difícil a un gobernador del interior ser presidente.

Para el gobernador cordobés Schiaretti, la Constituci­ón de 1994 que permitió al intendente de Buenos Aires ser electo y tener rango de jefe de Gobierno, más la televisión por cable que nacionaliz­ó los canales de televisión de la Ciudad de Buenos Aires, generaron una ventaja a los políticos de Buenos Aires sobre todos los demás. Entendemos por Buenos Aires la Ciudad y su Conurbano, municipios que terminan decidiendo quién resulta electo gobernador de la provincia homónima, al punto que los principale­s candidatos tanto para la provincia como para la Ciudad de Buenos Aires son intercambi­ables: Scioli y María Eugenia Vidal estuvieron de un lado y otro de la avenida General Paz.

Ganar en la provincia de Buenos Aires representa simbólicam­ente ser presidenci­able. Otro ejemplo es Sergio Massa. Que Cristina Kirchner haya decidido utilizar la palabra “ciudadanos” para su frente, sumado al ninguneo al partido peronista subestiman­do lo que pudiera aportarle su estr uctura, puede tener que ver con una nueva lectura del mapa político argentino donde el interior es cada vez menos significat­ivo. Y con que lo que los partidos grandes tienen para ofrecer –una presencia en todo el país– es cada vez menos importante porque el peso de un candidato muy visible en el Gran Buenos Aires se impone sobre la territoria­lidad, de la misma forma que los casos policiales de Buenos Aires son nacionaliz­ados por los canales de noticias de la Ciudad.

Incluso la propia territoria­lidad dentro de la provincia de Buenos Aires se va subvaluand­o. Problema que une a Randazzo en el peronismo con Emilio Monzó en el PRO, porque ambos son del interior de la provincia y defienden la suma de dirigentes locales en cada distrito pero son arrollados por el peso del Conurbano. Este problema se agiganta de cara a 2019 para los gobernador­es del PJ si Cristina Kirchner hiciera una buena elección en octubre próximo. En esa hipótesis, ella podría amenazar a los gobernador­es con hacerles lo mismo que a Randazzo pero a nivel nacional: vaciarles el partido si no se suman a su candidatur­a.

Algo similar le sucedió al partido radical –muy a tiempo comprendid­o por Ernesto Sanz–, que si no se aliaba con Macri, corría el riesgo de perder en los distritos donde era mayoría, vaciados por el PRO por el arrastre de la candidatur­a nacional de Macri.

En síntesis, la imitación de la estrategia de Duran Barba no está en tener el escenario en el centro, banderas argentinas o una oralidad con tono conciliado­r, sino en comprender que un poderoso partido vecinal del Gran Buenos Aires puede tener más fuerza que los partidos nacionales tradiciona­les. Que hay un “País Buenos Aires” tan dominante como en la época previa a la batalla de Caseros, con cuya derrota la provincia de Buenos Aires quedó obligada a dividirse entre ciudad y provincia.

La Constituci­ón del 94, la nacionaliz­ación de la TV por el cable y la migración “invirtiero­n” la Batalla de Caseros Quizás en 2019 los gobernador­es del PJ se arrepienta­n de no haber apoyado a tiempo a Randazzo

La migración y los medios de comunicaci­ón la volvieron a unir, y la maldición de Rosas, que prescribía que los gobernador­es de Buenos Aires (provincia y, desde la Constituci­ón de 1994, extensible a la Ciudad) no serían presidente­s, se invirtió. El mejor ejemplo es que la hasta hace dos años desconocid­a Vidal es la principal presidenci­able de Cambiemos post Macri. Quizás algún día los gobernador­es del PJ se lamenten de no haber apoyado a Randazzo a tiempo. Milagro Sala - Susana Giménez

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EDUARDO LERKE en física, “omega” representa la resistenci­a de un material. Kirchneris­mo resiliente.
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REPETICION. La justicia volvió a fallar contra la dirigente. La diva inicia su temporada 30 en TV.

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