Cierto laberinto extraño
El amante extremadamente puntilloso Autor: Alberto Manguel Género: novela Otras obras del autor: La biblioteca de noche, Todos los hombres son mentirosos, Una historia de la lectura Editorial: Navona Editorial, $ 235
Qué novelista es Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional argentina, es el enigma que la llegada de este y otros libros acaso resuelvan. Publicado en 2005, la traducción a otros idiomas de El amante… tuvo más resonancia crítica que en castellano. A Manguel lo precede cierta extranjería, que en este anclaje especulativo cuasi biográfico tiende puentes con un extrañamiento progresivo: Vasanpeine, el joven gris, casi fantasma o sombra deforme (como gárgola de una obsesión postrera), carece de inquietudes, luces, expectativa de trascendencia. El perfil se organiza en torno a indicios, comentarios, revelando una historiografía en el canal paralelo de las notas al pie, algunas apócrifas, otras referentes a los diarios en los que el personaje plasma su escasa actividad.
En ese territorio, entre el cuerpo del relato y la referencia, es donde ocurre un detalle: Vasanpeine no accede a una educación superior, no es un dotado
intelectual, pero su diario refleja el estilo preciso, claro, de una mente cultivada. El desajuste sugiere que Manguel lo viste con lo fantástico, incluso el lector puede inferir que el personaje es laberinto de la lengua del escritor. Aquí es donde la combinación descubre encastres complejos. Se trata de un francés narrado en inglés volcado a nuestra lengua, eco o reverberación que conduce a lo borgeano, pero con la diversidad de ideas y el efecto de texto universal, característico en Wilcock. El tono general elude el humor de éste porque el tema, el amor y el desamor en una obsesión, conduce a la recurrente y simple tragedia humana.
Bajo la lectura de El amante… aparece cierta desilusión por el testimonio, el realismo, incluso por la verdad como fin. Así, el entresueño en las formas difusas para la comprensión de lo biográfico plantea el límite de la mirada del artista ante su objeto o su elusiva ausencia, como en este caso. Vasanpeine, iniciado en la fotografía por Kusakabe (quien retirado del oficio regentea una librería en Poitiers), representa la tristeza, también el abandono a la frustración de un olvido fuera del foco intruso de quien lee.