El retorno sin evoluciones del humor clásico de Midachi
Qué aplaude y festeja, y con qué se divierte el público que agota entradas en el Teatro Opera? El regreso del trío, fundado en 1983 por Miguel del Sel, Dady Brieva y Chino Volpato, en Midachi Kindon.
En el inicio, Dady Brieva realiza un monólogo ágil. Sobre el escenario vacío, usa un traje con fallas en la confección, defectos que se repetirán en los incómodos conjuntos de raso azul que portan sus compañeros en otras escenas. Explica cómo el grupo volvió a reunirse luego del paso de Miguel del Sel como embajador en Panamá, para Mauricio Macri. Luego, compara costumbres pasadas (en la vestimenta, en los restaurantes) con las actuales. Los chistes se sostienen en imágenes sexuales: la risa sería equivalente al orgasmo masculino; el humorista se reconoce “vaginodependiente” y describe las sensaciones que, según él, experimentan las parejas que copulan durante el período menstrual. Se trata de –así lo dice– “volver a la ilusión de reír sin pensar”.
En un segundo momento, durante la recreación de personajes de cuentos infantiles, el guión inser ta, sin razón aparente, la imitación que Del Sel hace de la fallecida Mercedes Sosa, a la que hace estar urgida por defecar gracias a haber tomado un laxante, entre otras consideraciones escatológicas puestas en cuerpo y boca de la cantante. El desarticulado relato se hace sobre una proyección estridente de escenografía y personajes, casi sin otros recursos de producción (algunos vestuarios y pelucas).
En una suerte de intermedio, se hacen dos interpretaciones de la canción Propuesta indecente, de Romeo Santos: una lírica-romántica, otra carnal-venérea.
El tercero y más extenso bloque lo lleva la Tota, conductora de televisión que interpreta Del Sel –personaje recurrente en la trayectoria de Midachi, como el Drácula que hace Brieva, entre muchos otros–, a quien visitan imitaciones de cantantes de moda. Algunos son recreados en el escenario; otros, filmados y proyectados: Thalía, Maluma, Shakira, Marck Anthony. Allí Volpato canta –¿en serio o humorísticamente?– A mi manera. Joey Montana y Carlos Vives son imitados y los cantantes reales aparecen quejándose por ello, en sendos videos.
Para el cierre, un video sintetiza la sorprendente historia de este trío que, con escasa producción y con un repertorio de adjetivaciones como “puto”, “maricón” y “pelotudo”, logra convocar a más de 7 mil espectadores por semana en un evento popular y muy comercial. Goza este espéctaculo de exenciones impositivas iguales que las que poseen emprendimientos independientes, lejos de un megashow como el de Midachi.