SOBRE LA POLÍTICA NACIONAL E INTERNACIONAL
—Ha seguido el conflicto árabe-israelí desde hace décadas. ¿Cómo lo ve ahora?
—Este año se cumplen 50 años de la ocupación israelí, un hecho muy difícil de tragar, difícil de ser considerado positivo ni moralmente ni estratégicamente. Para la solución del conflicto, lo primero que hay que hacer es reconocer el Estado Palestino, que no existe. La creación del segundo Estado no puede depender de las negociaciones que hay ahora entre un pueblo que ocupa y el otro que es ocupado. El mundo tiene que reconocer a Palestina como Estado (como lo ha hecho la Argentina). Hay un conflicto humano entre dos pueblos que están convencidos de tener el derecho de vivir en el mismo pequeño pedazo de tierra, y preferiblemente sin el otro. Por eso, es muy importante que cada uno de esos pueblos tenga un Estado para negociar una paz con el otro.
—¿Cómo analiza a la Argentina en sus relaciones internacionales?
—En la sociedad argentina, es posible tener múltiples identidades: ser judío, turco, inglés, alemán y, al mismo tiempo, ferozmente argentino. Esto pone a la Argentina en un lugar privilegiado. En los últimos años, las relaciones entre Argentina y, por ejemplo, Alemania han mejorado mucho. La acción de la canciller alemana para el nuevo gobierno fue muy positiva. Ella vino a Buenos Aires, y yo me encontré con el presidente Macri en Berlín. La Argentina merece un lugar internacional y universal; tiene que jugar otro papel en el continente. No soy nacionalista; soy patriota.
—¿Se siente alineado con el gobierno del presidente Macri? ¿Aceptaría el mote, simplificador y en boga, de considerarse macrista?
—No. Yo encontré al presidente Macri en Berlín porque lo conocía de cuando era Jefe de Gobierno de Buenos Aires, y tuve mucho que ver con él para [iniciar] el Festival que seguimos haciendo en el Colón. Lo conozco hace varios años y es perfectamente normal que lo vea, pero no soy una persona política activa. No estoy a favor ni en contra.
—¿Se ha preguntado qué hubiera pasado si hubiera hecho su carrera en la Argentina?
—No, nunca me la hice, porque ser músico significa también viajar, estar por todos los rincones del mundo.