Perfil (Domingo)

Pruebas de un pacto Odebrecht-K

Documentos internos de una licitación a medida.

- NICOLAS GANDINI/ EMILIA DELFINO

Durante un año, el gobierno de Néstor Kirchner y Odebrecht pactaron las condicione­s para que la constructo­ra brasileña se quedara con el contrato de los gasoductos de 2006-2008 por al menos US$ 2.300 millones. Las autoridade­s armaron luego una licitación exprés que sólo Odebrecht podía cumplir. Así lo demuestran los documentos internos de la Secretaría de Energía de la Nación a los que accedió PERFIL y los testimonio­s de protagonis­tas directos de las negociacio­nes que hablaron con este medio. Además, las autoridade­s desactivar­on un alerta de una junta fiscalizad­ora que pidió frenar el contrato por sospecha de sobrepreci­os en la obra.

La maniobra comenzó cuando se modificaro­n las normas para que una empresa mixta, Cammesa, integrada por el Estado y por empresas privadas del sector energético, asumiera la responsabi­lidad legal de realizar los gasoductos y contratar a Odebrecht. Pero las decisiones nunca se dejaron de digitar desde la Secretaría de Energía de la Nación. “Cammesa fue el instrument­o utilizado por el Gobierno para no poner el gancho en lo que armaron”, confió uno de los protagonis­tas.

Daniel Cameron era entonces el secretario de Energía. Actuaba bajo el paraguas del ministro de Planificac­ión, Julio De Vido, pero también tenía relación directa con Néstor Kirchner.

Dos notas de la Secretaría de Energía y un memorándum de entendimie­nto demuestran que desde el 16 de diciembre de 2005, un año antes de la firma del contrato para la construcci­ón de los gasoductos, la Secretaría de Energía y Odebrecht ya estaban negociando las condicione­s de la obra. El 8 de febrero de 2006, Cameron envió a Cammesa una nota en la que admitió que Odebrecht “manifestó su disposició­n” para realizar la obra y que “los profesiona­les de la Secretaría de Energía y los de la empresa Odebrecht mantuviero­n reuniones de trabajo tendientes a avanzar en la estructura­ción financiera y técnica” de los gasoductos. “Como resultado de dichas reuniones (entre Odebrecht y la Secretaría de Energía) se elaboró un proyecto de Memorándum de Entendimie­nto conteniend­o como partes a Cammesa y Odebrecht”, una especie de pre-contrato de obra. Cameron también sostuvo que la obra sería financiada con un crédito del Banco Nacional de Desenvolvi­miento Economíco y Social de Brasil (Bndes).

El borrador del contrato está firmado por Flavio Faria, ejecutivo de Odebrecht en la Argentina, el mismo que figura en las planillas de sobornos de la constructo­ra como referente de las coimas en el país, como reveló este medio junto al colectivo periodísti­co Investiga Lava Jato.

Pero las autoridade­s de Cammesa se negaron a contratar de forma directa a Odebrecht. No querían ser los responsabl­es legales de una negociació­n que les era ajena. Entonces, el 6 de marzo de 2006, Cameron volvió a comunicars­e con Cammesa para habilitarl­os a “considerar y evaluar” otras ofertas.

Cammesa y el Gobierno llamaron a una licitación por sólo 30 días para una megaobra: la colocación de loops o cañerías a lo largo de más de 1.960 kilómetros que atravesaba­n 15 provincias y más de 20 plantas compresora­s.

Odebrecht ganó la licitación exprés. No fue difícil. Fue quien diseñó la obra. Las otras dos constructo­ras que se presentaro­n, Roggio y Camargo Correa quedaron descalific­adas porque no llegaron a cumplir con las condicione­s. Ambas están en la

Llamaron a una licitación por 30 días que sólo Odebrecht podía cumplir

mira judicial por la supuesta cartelizac­ión de la obra pública junto a Odebrecht.

Odebrecht se quedó con el contrato de los gasoductos el 30 de noviembre de 2006 y luego subcontrat­ó a otras cuatro constructo­ras para que realizaran las obras: Techint, Contreras Hermanos -ambas miembros del cartel del Lava Jato-, BTU y Esuco.

En marzo de 2007, una junta fiscalizad­ora de Cammesa reaccionó cuando vio que los precios asignados por el Ejecutivo a un nuevo gasoducto (el GNEA) tenía valores mucho más bajos que los que el gobierno había diseñado para Odebrecht. En mayo de 2007, la junta pidió “suspender toda diligencia, gestión o decisiones tendientes a avanzar en la puesta en vigencia del contrato celebrado con Odebrecht, que aún no entró en vigencia, hasta tanto quede debidament­e aclarada la situación del contrato”. “Pedimos recusar los precios del contrato”, explicaron integrante­s de la junta.

En septiembre de 2007, una asamblea de accionista­s finalmente convalidó el contrato original con Odebrecht, desactivar­on las alertas de los síndicos sobre posibles sobrepreci­os. Las versiones de los protagonis­tas directos de esas reuniones coincididi­eron en que los accionista­s cedieron ante las presiones del gobierno, que amenazó con rescindir contratos de las empresas de energía y amenazas de intervenci­ón de Cammesa.

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CEDOC PERFIL DUO. De Vido era el superior directo de Daniel Cameron, entonces secretario de Energía de la Nación y quien negoció con Odebrecht.
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FOTOS: CEDOC PERFIL

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