Perfil (Domingo)

Gendarme incómodo.

Fabián Méndez, jefe del escuadrón de El Bolsón, recibió amenazas y tendría una interna silenciosa con el escuadrón de Esquel, el otro apuntado por el caso Maldonado. Tensión Bullrich-Burzaco.

- EZEQUIEL SPILLMAN

El caso Maldonado cr ista li zó, y profundizó, un secreto a voces dentro del gobierno nacional: las diferencia­s internas en el gabinete y también entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el viceminist­ro, Eugenio Burzaco, sobre el manejo de la Gendarmerí­a y las fuerzas federales.

A la defensa cerrada que venía sosteniend­o Bullrich de los gendarmes en el caso de la desaparici­ón del joven artesano, sumado al silencio de Burzaco, ex jefe de la Metropolit­ana e histórico asesor en seguridad del macrismo, se agregó además la intervenci­ón del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Justicia, Germán Garavano, para dejar abiertas todas las hipótesis.

A tal punto que la orden que emitió la Casa Rosada fue que la ministra de Seguridad baje su perfil, y que Garavano y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj –hombre de Peña–, sean los nuevos voceros. De hecho, esta semana Avruj viajó con el viceminist­ro de Justicia, Santiago Otamendi, a visitar al juez de Esquel, Guido Otranto, mientras que Garavano ofreció pagar con fondos de su ministerio a dos expertos en búsqueda de personas a pedido de la familia Maldonado. Mañana Peña y Garavano recibirán a Amerigo Incalcater­ra, el representa­nte de Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos.

De fondo, la tensión sigue subiendo en el área de Seguridad. Bullrich y Burzaco vienen librando una guerra fría en el seno del ministerio. “No coinciden en nada, ni en lo operativo, ni en lo comunicaci­onal ni en la forma de conducir a las fuerzas”, describió crudamente a PERFIL un importante funcionari­o del área.

Una anécdota ilustra la relación entre ambos. Cuentan en el Gobierno que cuando Mauricio Macri anunció que Bullr ich ser ía su ministra, Burzaco fue a verlo de manera personal para saber si tendría un cargo en esa estructura. Macri le respondió, seco: “Andá a ver a Patricia”. Cuando se reunieron ambos, él le dijo que el Presidente le había ofrecido la Secretaría de Seguridad. Ella le dio el “OK” y Burzaco lo anunció públicamen­te. Cerca de Burzaco dicen que el ofrecimien­to partió de Macri.

Así las cosas, el viceminist­ro se ha quejado del presunto personalis­mo de la titular de la cartera en la toma de decisiones y en su accionar. Por su lado, en el entorno de Bullrich creen que Burzaco tiene una dinámica lenta en su gestión (una crítica que ya sonaba cuando estuvo a cargo de la Metropolit­ana).

Una de las últimas decisiones que generaron ruido fue sacar del área del ex jefe de la Metropolit­ana la Dirección de Inteligenc­ia Criminal para que se sumara a la Secretaría de Seguridad Interior, a cargo de Gerardo Milman, un hombre de confianza de Bullrich. En ese cargo estaba Juan Patricio Furlong, quien trabaja con el viceminist­ro de Seguridad desde hace largos años y tenía a su cargo la investigac­ión de Delitos Complejos. Meses atrás también la ministra le quitó el área de estadístic­as.

Tampoco le gustó nada a Burzaco cuando Bullrich colocó a una suerte de intervento­r de su confianza para que trabajara en la Policía de Seguridad Aeroportua­ria (PSA), cuyo titular, Alejandro Itzcovich Griot, fue recomendad­o por el viceminist­ro.

Aunque a la mesa tripartita que comparten Ciudad, Provincia y Nación ambos siguen concurrien­do juntos, fuentes oficiales coinciden en que la relación es pésima y que nunca los vieron cómodos trabajando codo a codo.

Por otro lado, a Burzaco nunca le gustó que Bullrich haya armado un vínculo directo con los jefes de las cuatro fuerzas a cargo del ministerio: Policía Federal, Prefectura Naval, Gendarmerí­a Nacional y la Policía de Seguridad Aeroportua­ria. La ministra, hiperactiv­a, se recostó fuertement­e en Néstor Roncaglia (PFA) y en el comandante general Gerardo Otero, jefe de los gendarmes, a pesar de que orgánicame­nte dependen del viceminist­ro.

Sobre el caso Maldonado, Burzaco aún no pronunció palabra alguna –no respondió a los llamados de PERFIL–, aunque en su entorno afirman que en las reuniones sobre el tema esboza una mirada más analítica sobre las facciones de mapuches y la cuestión de los movimiento­s del RAM sin hacer hincapié en Gendarmerí­a.

Bullrich construyó un vínculo directo con los jefes de las fuerzas

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FOTOS: CEDOC PERFIL ENEMIGOS INTIMOS. Patricia Bullrich y Eugenio Burzaco mantienen las formas, pero cada vez es más difícil la convivenci­a en el Ministerio de Seguridad.
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