Los gobernadores del PJ ya arman una oposición para 2019 sin cristina
Hacen cuentas de los diputados y senadores que tendrán después del 10 de diciembre. la mayoría cree que la ex presidenta será derrotada en octubre. Darán pelea por el presupuesto.
Los gobernadores del PJ comenzaron a diagramar cómo será la oposición a Mauricio Macri después de la elección de octubre. Y el plan no incluye a Cristina Kirchner. Los caciques provinciales creen que la ex presidenta deberá correrse de la discusión si, como esperan, pierde frente a Esteban Bullrich la batalla bonaerense por una banca en el Senado. “Se cae el mito de la fortaleza de Cristina. Va a perder ella, no Daniel Scioli. Y va a perder en el territorio en el que, se supone, es más fuerte”, analizó un importante ministro de una provincia del Norte.
Existe en ese deseo la necesidad de quebrar la lógica de la polarización que, por conveniencia mutua, alimentan tanto la ex presidenta como el gobierno nacional. El oficialismo, en busca de una oposición débil, y Cristina en busca de su supervivencia política. Los gobernadores quieren, en definitiva, ser la única oposición válida de cara a 2019.
Para anticipar esa ruptura, los jefes provinciales garabatearon en un borrador la cantidad de di- putados y senadores nacionales que tendría el bloque peronista de acuerdo al resultado electoral. Hoy el bloque de Diputados cuenta con 17 miembros, y es presidido por el sindicalista Oscar Romero. Pero para ellos, después de diciembre, la bancada tendrá más de sesenta diputados, incluyendo algunos kirchneristas que no quieren seguir bajo las órdenes de Cristina.
Siempre siguiendo ese vaticinio, el kirchnerismo conservaría un bloque propio con un núme- ro similar al del PJ, lo que no es poco. Sergio Massa, a diferencia de CFK, sí está en los planes del peronismo. Los caciques provinciales creen que, debilitado por una mala performance electoral, al tigrense no le quedará otra que volver al Partido. En el Senado, hoy son 42 con los K y los gobernadores imaginan un bloque propio de por lo menos treinta.
La primera prueba de la nueva liga de gobernadores será la discusión por el presupuesto del año que viene. Si bien comenza- ron las reuniones en la Cámara de Diputados, en las provincias dan por descontado que el tratamiento en el Parlamento quedará para después de octubre. No descartan incluso que pase para después de la renovación de las dos cámaras, el 10 de diciembre.
Entre los mandatarios cayó muy mal que Macri diera por sentado que el presupuesto que mandó se va a aprobar sin problemas. “Se equivoca el Gobierno si cree que podrá sacarlo sin sentarse a discutirlo con los go- bernadores. Las provincias están preocupadas. Y encima le dieron el apoyo a Vidal con el reclamo por los recursos bonaerenses”, explicó un colaborador del salteño Juan Manuel Urtubey.
La postura de la liga es que esta discusión presupuestaria no será como la del año pasado, en la que los mandatarios estaban preocupados por garantizar la gobernabilidad. En otras palabras, se terminó la luna de miel del peronismo con la Casa Rosada. El malestar se profundizó, según
ellos, por promesas incumplidas.
El reclamo de Vidal, que promovió una demanda contra el Estado por la falta de actualización del Fondo del Conurbano, también alineó a los mandatarios, que empezaron a llevar a la Corte Suprema sus presentaciones de manera individual para boicotear el recurso bonaerense. Dicen que si la gobernadora obtiene un fallo favorable, el dinero que reclama saldrá de lo que hoy reciben las otras provincias.
La Casa Rosada tiene diálogo con todos, pero se siente más cómoda con los que van por su primer mandato. Hay un grupo de chat de Whatsapp que conecta a la mayoría de ellos y que es administrado por Urtubey y el cordobés Juan Schiaretti. Del armado están afuera (aunque a veces participan de alguna reunión) el formoseño Gildo Insfrán y la catamarqueña Lucía Corpacci, porque por diversas razones siguen muy alineados con Cristina. Alicia Kirchner es un caso aparte, por cuestiones familiares. Y el pampeano Carlos Verna está muy peleado con Macri.
Entre los gobernadores y la Casa Rosada a veces aparece como interlocutor el senador Miguel Pichetto. Hace poco ayudó al gobernador de Chaco a conseguir el voto que le faltaba en la Legislatura provincial para obtener el aval de un endeudamiento. Pichetto utilizó su llegada al oficialismo e involucró en la jugada al jefe del PRO, Humberto Schiavoni. Peppo tuvo lo que quería.