Retratos de una montaña rusa musical
La banda celebra 30 años con la muestra fotográfica Pericos x Pericos con entrada gratuita en La Usina del Arte. Se exhiben 1200 imagenes. Habla Juanchi Baleirón.
En plena explosión cultural pos dictadura, nacieron Los Pericos, un grupo de amigos que se animaron a tocar reggae cuando la palabra sonaba extraña. Salieron del garage sorprendiendo con El ritual de banana, pero fue con Big Yuyo y Pampas Reggae, entre reggae, estribillos pegadizos y fusiones, que alcanzaron la popularidad, y se convirtieron en un clásico dentro la amplia vertiente del rock nacional. “Cumplir 30 años es un camino hermoso, es una montaña rusa, con emociones, miedos, alegrias, euforias, tristezas, nunca lo podría describir como un trencito que va por la llanura”, dice Juanchi Baleirón, frontman y guitarrista del grupo.
Para celebrar su intermitente carrera, estrenaron la muestra fotográfica Pericos x Pericos, en La Usina del Arte, con entrada libre y gratuita que finaliza hoy en el marco de Ciudad Emergente. Es una muestra con fonogramas que los propios músicos sacaron en la intimidad de grabaciones, giras y reuniones. “Eran 6000 fotos en total, la mayoría sacadas con cámaras con rollos. Son imagenes únicas, no hay negativos”, cuenta Baleirón. La curaduría es de Nora Lezano, bautizada como la fotógrafa del rock nacional que retrató a Cerati, Charly (exhibe la muestra Los Angeles de Charly en Palais de Glace), Spinetta, Fito, y quien seleccionó 1200 momentos, aunque para el cantante “la foto que más nos representa es la última”. Allí aparecen Diego Blanco, Gastón Goncalvez, Ariel “Topo” Raiman, Guillermo Valentis y Marcelo Blanco. “El “Topo” hizo un documental, hay pines, credenciales de giras, entradas, discos de platinos. Es muy movilizante”, agrega.
Los Pericos, además, pertenecen a un grupo minúsculo de bandas que sobrevivieron a las descersiones, peleas por egos, cuestiones económicas, y discusiones sin retorno por diferentres criteriores musicales. “Tenemos una forma rara de entendernos, somos bastantes respetuosos, no hacemos ni nunca hicimos terapia de grupo, porque las cosas cuan- do se tienen que hablar se hablan—remarca Juanchi—. Es un poco de dejar de lado las visiones personales para pensar en grupo. Ser inteligentes de tomar las mejores decisiones sea en lo ejecutivo, musical o económico. Somos una banda democrática”.
Baleiron afirma que “somos concientes de que fuimos importantes en el despetar del reggae en Argentina” pero subraya que “fue a nuestra manera y con nuestras formas”. A los 52 años, el cantante se ríe sobre los herederos de Los Pericos, quienes de a poco van coqueteando con la banda. “Nuestros hijos son parte de Los Pericos, crecieron con la banda, viviendo a los shows. Marcelo (Blanco, percusión) tiene hijos grandes, y Mateo, de 22, lo ha reemplazado y la platea femenina felíz porque es muy fachero”.
Juanchi Baleiron sigue soñando como aquel joven de 1986 cuando todavía no habían creado junto con El Bahiano Waitin´ o Me late. Contabilizan 3000 shows, algunos inmortales como en Rock in Rio de Lisboa o la última presentación en el Central Park de Nueva York en julio pasado: “Nos gustaria ir a tocar a Japón, sabemos que hay mucho reggae y ska por allá. Nos tienta muchisimo”.