Cataluña.
El gobierno catalán teme que las medidas represivas españolas no permitan realizar con normalidad el referéndum convocado para hoy.
Esperan hoy una votación difícil e insuficiente para declarar la independencia.
La batalla por el referéndum sobre la independencia catalana convocado para hoy se libraba ayer en las últimas horas previas en escuelas elegidas para centros de votación.
Los separatistas catalanes prometieron ignorar el ultimátum de la policía de desalojar las escuelas que ocupan para utilizarlas como centros de votación. A medida que la policía clausuraba las instituciones, algunos padres decidieron enviar a sus hijos a casa y se prepararon para posibles confrontaciones con la policía para hoy al amanecer.
El plazo de la policía de las 6 de la mañana para que los padres, menores y activistas desalojen los edificios públicos está diseñado para prevenir que la votación se lleve a cabo, ya que los centros electorales abrían tres horas después.
El Tribunal Constitucional español suspendió la votación hace más de tres semanas. Por su parte, el gobierno federal calificó la votación de ilegal. La policía ha recibido instrucciones de impedir que se vote y en los últimos días ha confiscado papeletas y publicidad. Desarticulado. El gobierno español aseguró ayer haber “desarticulado” la organización del referéndum, bloqueando todos sus recursos informáticos y cerrando 1.300 centros de votación.
Según la Generalitat, el go- bierno regional, hay 2.315 centros de votación en toda Cataluña, región de 7,5 millones de habitantes.
De estos centros, “1.300 ya han sido precintados”, afirmó el representante del jefe del gobierno español Mariano Rajoy en Cataluña, Enric Millo.
Según Millo, 163 de estos centros están ocupados por activistas que realizan actividades culturales o deportivas, “en paz y cívicamente”, y que podían salir, aunque no se permitía la entrada a nadie más.
En un esfuerzo por desmantelar la logística de un plebiscito prohibido, la Justicia española ordenó el cierre de escuelas, centros cívicos y otros locales designados para acoger la votación.
Los Mossos d’Esquadra, la policía catalana, recibieron la orden de no recurrir a la violencia, lo que abre el interrogante de qué ocurrirá si los activistas ofrecen una resistencia pacífica.
según la ley catalana, la independencia debe declararse 48 horas después
Dudas. Las dificultades para realizar el referéndum han generado dudas en la Generalitat sobre la conveniencia de declarar la independencia tras la consulta, en la que con toda seguridad vencerá el “sí”.
El gobierno catalán debería declarar la independencia en base a su nueva ley. Nadie duda de la victoria del “sí” en caso de que se pueda celebrar la consulta, pues los contrarios a la independencia han llamado
a no votar para no legitimarla.
La ley catalana del referéndum aprobada gracias a la mayoría independentista, prevé que en 48 horas el Parlamento catalán proclame la independencia, tras la victoria del “sí”.
Pero dentro del partido gobernante, el PDeCAT, hay dirigentes que se oponen a declarar la independencia, y el propio presidente catalán, Carles Puigdemont, no garantiza que lo hará.
Si el gobierno catalán considera que la consulta no se ha podido celebrar de forma normal, surge la pugna entre los partidos que forman el gobierno catalán.
El PDeCAT se opone a aprobar una declaración unilateral de independencia (DUI) en caso de que el referéndum resulte fallido.
Dentro del PDeCAT también hay quienes piden negociar con Madrid una mejora en la financiación de Cataluña, un mejor encaje de la región en la Constitución, y un referéndum pactado.
Según un sondeo de la Generalitat, 41,1% de los catalanes apoya la independencia y 49,4 se opone. Y más del 70% quiere que todo se decida en un referéndum legal.
En cambio, su socio en el gobierno, Esquerra republicana de Catalunya (ERC), y el partido anticapitalista CUP, que le da el apoyo necesario para gobernar, apuestan por proclamar la independencia.