La reconstrucción de Detroit, oportunidad con tono argentino
En 2008 Detroit dejó de ser la Motor City. El sobrenombre de la ciudad, fruto de la inmensa industria automotriz que dominaba la economía regional durante décadas, ya no se correspondía con los derrumbes en ventas de autos por la crisis. Es más, en 2013 fue la primera gran metrópolis estadounidense en el siglo XXI en declarar bancarrota. Pero, como todo en la vida, donde hubo caídas hay rebotes, y el rebote que se está dando en la ciudad del medio oeste de Estados Unidos tiene un tono argentino.
Invest Detroit Group (IDG) es una compañía que se dedica a inversiones inmobiliarias en la mayor ciudad del estado de Michigan y que desde 2013 ayuda a sus clientes con la búsqueda, compra, refacción y venta de propiedades en esta ciudad. “Hoy no hay crédito para el residente de Detroit y eso también provoca una alta demanda de alquiler”, explica Marcelo Schamy, CEO de IDG, “pero esto se revertirá cuando los bancos terminen de rematar todos los bienes reposeídos en la crisis y necesiten volver a prestar dinero”. Y si bien el contrato de alquiler estereotípico de IDG es de un año, Schamy remarca que ya hay alquileres firmados por una duración de tres años.
Es que la ciudad estadounidense se encuentra en un alza que, si bien es tímida, promete. Se estima que para 2020, la población en Detroit superaría los 3 millones de habitantes. Un indicador para tomar en cuenta es que en los últimos cuatro años el empleo en la ciudad creció un 8%, y además empresas como Amazon, Google, General Electric, Hewlett Packard y Quicken Loans ya comenzaron a instalarse en la ciudad donde antes las grandes casas de automóviles tenían sus casas matrices.
Como consecuencia, Schamy explica que las refacciones y/o renovaciones que lleva a cabo IDG tienen un altísimo nivel de actividad: “En este momento la demanda de alquiler es altísima y diría que todas las unidades que terminamos de refaccionar se alquilan dentro del mismo mes”. La razón por la cual la inversión inmobiliaria de IDG tiene márgenes muy interesantes para sus clientes son los bajos costos de mantenimiento. El pago del impuesto inmobiliario es anual, la administración y el mantenimiento se descuentan mensualmente de los alquileres, mientras que todos los servicios son responsabilidad del inquilino de la propiedad. Estos servicios también son considerablemente bajos, y en el caso de que la propiedad quede desocupada por unos meses, son un costo adicional menor para el dueño.
Las unidades renovadas por IDG están completamente equipadas de nuevo con lo que la ley de la ciudad exige, agua caliente y calefacción. El resto de los agregados, como los electrodomésticos y su mantenimiento, a diferencia de otros estados, son responsabilidad del inquilino.
la ciudad, que en 2013 se declaró en bancarrota, ahora está en franca recuperación