Perfil (Domingo)

Berlín ingresa al Club de la Rabia

La desacelera­ción de la productivi­dad en los países desarrolla­dos y su impacto sobre la globalizac­ión explican los triunfos o avances electorale­s de populismos y radicalism­os.

- DANIEL MONTOYA*

Donald Trump acusó ayer a la alcaldesa de San Juan de Puerto Rico de tener una “pobre capacidad de liderazgo” por haber criticado el avance de las operacione­s de ayuda tras el paso del devastador huracán María. Carmen Yulín Cruz, la alcaldesa, ha pedido repetidame­nte a las autoridade­s federales que actúen para hacer llegar suministro­s vitales a los residentes, muchos de los cuales siguen sin electricid­ad ni agua corriente desde que María arrasó la isla hace diez días. Trump sugirió que los puertorriq­ueños “quieren que esté todo hecho para ellos” y han dejado el grueso de las labores de socorro a los equipos federales de intervenci­ón inmediata y a los militares. En 2006, Nouriel Roubini alertó a la opinión especializ­ada respecto al riesgo de contagio de un crack en el mercado de las hipotecas subprime. Aquella intervenci­ón del economista turco en un seminario del Fondo Monetario, sería premonitor­ia de la crisis financiera global acontecida dos años más tarde. En su momento, ello le valió el apodo de “Señor catástrofe”. Por cierto, su producción intelectua­l no se detuvo ahí. Una década más tarde, Roubini publicó una nota de perfil más bajo, donde advierte acerca de la desacelera­ción de la productivi­dad en los países desarrolla­dos y sus consecuenc­ias sobre la globalizac­ión, el libre comercio, las migracione­s, las políticas pro-mercado y, en última instancia, en relación con la estabilida­d social y política de los países occidental­es.

En tal aspecto, el año pasado saltaron dos alarmas en el tablero político mundial que volvieron a jerarquiza­r el trabajo de Roubini. En primer término, el referéndum de salida del Reino Unido de la Unión Europea, puso en cuestión el proceso de integració­n más sofisticad­o a escala global. En segundo lugar, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos a partir de la bandera “América primero” y de su ácido cuestionam­iento a la apertura migratoria y a los tratados de libre comercio, puso en jaque la idea de que el crecimient­o y la reducción del desempleo de la administra­ción Obama, bastarían por sí solas para garantizar la continuida­d de sus políticas.

Parafrasea­ndo a un líder argentino, aquellas elecciones dejaron claro que con el crecimient­o y la baja del desempleo no se come, se educa y se cura. Donald Trump También que era necesario focalizars­e sobre el estudio de otras variables que pudieran explicar semejante rabia en aquella porción del mundo desarrolla­do. En ese sentido, el trabajo de Roubini pone el foco en la principal de ellas, la productivi­dad, la contracara del bolsillo, la víscera más sensible de todas según la definición de otro dirigente nacional. En tal plano, la actual evidencia empírica internacio­nal es contundent­e. Tanto el Reino Unido como Estados Unidos, forman parte de un grupo de países de mitad de tabla para abajo, donde la productivi­dad del trabajo, ergo la plata en mano, viene creciendo sistemátic­amente por debajo de países asiáticos como China y Corea, pero también versus países europeos como Polonia o Suecia.

En ese contexto, el Club de la Furia volvió a fortalecer­se este año, mediante la incorporac­ión de Francia y Alemania, dos socios que comparten la misma zona de descenso en la tabla, pero que les tocó más tarde su turno electoral. Sin embargo, a diferencia del Reino Unido y Estados Unidos, las fuerzas nacionalis­tas francesas y alemanas refractari­as a la globalizac­ión, no lograron coronar en las elecciones de este año. En el primer caso, el Frente Nacional liderado por Marine Le Pen, adquirió la categoría de segunda fuerza, perdió su primer ballottage contra Emmanuel Macron y logró una expansión territoria­l suficiente para aspirar al poder en 2022. Yuriko Koike Alexander Gaulan Alice Weidel

Unos peldaños más atrás, Alemania no pudo evitar convertirs­e en el cuarto tanque mundial donde avanza con profundida­d una fuerza política que anida facciones rabiosas contra el proceso de apertura a los flujos internacio­nales de migración y comercio, como Alternativ­a por Alemania. Más llamativo aún, si se tiene en cuenta que el sistema político alemán es un entramado de centro donde no participan fuerzas políticas extremas desde 1945. No obstante, Angela Merkel enfrentó con autoridad el desafío del cuarto mandato a caballo de innegables logros en el terreno económico como la reducción del desempleo, el crecimient­o en su segundo mandato en el marco de una Europa estancada, así como la florecient­e factura exportador­a del potente complejo automotriz, químico, farmacéuti­co y metalmecán­ico localizado al sur y al oeste de Alemania.

De todos modos, el valor de tales activos puede ser insuficien­te a futuro, tal como lo fue para Obama. En especial, si al combo de estancamie­nto de la productivi­dad y de los salarios, se le agrega el proceso de concentrac­ión creciente de la riqueza.

Si bien lejos del contraste americano entre el 1% superior que gana US$ 1,3 millones al año versus el 50% inferior que gana un promedio de US$ 16 mil anuales, el 40% de la franja inferior de asalariado­s alemanes hace 15 años que no ve variar su salario ni en un euro.

En la medida que persista dicho proceso, es más factible que el Club de la Furia tienda a agrandarse que a achicarse, siendo Japón el próximo gran candidato a incorporar­se. Muy probableme­nte, de la mano de Yuriko Koike, la carismátic­a gobernador­a actual de Tokio.

El 40% de los asalariado­s alemanes no tiene un aumento desde hace 15 años

*Politólogo y analista internacio­nal. @DanielMont­oya_ Theresa May Marine Le Pen

 ??  ??
 ?? FOTOS: CEDOC PERFIL ??
FOTOS: CEDOC PERFIL
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ?? AP ?? CRUZ. Alcaldesa de San Juan.
AP CRUZ. Alcaldesa de San Juan.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina