Los sueños versus la realidad
El líder de The Cult reafirma que su música es un estilo de vida, y critica a la sociedad que ahora ve el rock como un producto. Se pronuncia a favor de la libertad y contra el control. “¿Cómo vamos a hacer arte si vivimos absortos en lo que compramos?”
Nos olvidamos de la experiencia, creímos en la burbuja ”, dice del otro lado Ian Astbury, voz líder de –hoy hace tres décadas en actividad– The Cult, la banda que vuelve a la Argentina el 3 de octubre en el Luna Park. Su llegada es parte de la presentación del disco Hidden City, pero Astbury se encarga de que la conversación no sea simple. Eso no implica un antagonismo. Implica que ninguna respuesta es meditada o un “cassette” ( jerga para la respuesta autómata), Astbury quiere realmente hablar. Y sus palabras, aunque calmas, están preocupadas: “Pareciera que me preocupo por la música si te digo que ya no hay una industria de la música sino una industria del estilo de vida. Que cuido mi pequeño terruño. Precisamente, es marcar que la música ya no existe como creíamos que existía. Y eso implica doblegarnos cada vez más frente a una existencia que sentimos como impuesta, o mejor dicho, que naturalizamos y está completamente desarrollada bajo imposiciones de marcas, de instituciones que buscan beneficios económicos. Quiero decir que son contadas las ocasiones en que somos realmente libres y nos importa poco”.
—Ya has dicho que el rock & roll murió. Pero aun así están los shows en vivo, los discos. ¿Cómo convive una idea con la otra?
—La música es mi forma de vida. Pero eso no implica que el rock & roll no sea un concepto que podría decirse que está muerto. Ha trascendido a otro lugar. Es un consumo que define marcas. Claro, por otro lado está todo lo que puedes escuchar libremente por internet. Pero ¿es realmente libre? Hay algo del control, de vivir en una sociedad plenamente controlada, que no se preocupa por los recursos que consume, que ha convertido al rock & roll en un producto. Se puede decir que siempre lo fue, pero nunca vivimos tan disociados de la realidad del planeta, destruido y con problemas concretos de división entre la población, y sumidos en el consumo como vía de vida.
—“Hidden City” es una referencia a la Ciudad Oculta de Argentina, que viste en una remera de Carlos Tevez.
—Fue un gesto genuino queme gustó. Nike note muestra eso. Claro, no pretendo hablar de una realidad que desconozco. No quiero sonar espiritual, o enojado, pero ambas cosas deberían dejar de ser condiciones que hay que aclarar. Deberíamos cuidarnos, cuidar la experiencia, lo genuino. Quizás el rock, lo punk, la rebeldía está en creer en la experiencia. En no negar que el océano está contaminado, así como alguien no niega sus raíces. Si no, ¿cómo vamos a hacer arte si vivimos absortos en lo que compramos y negamos?