Retrato argentino con perfume a ettore Scola
la coreógrafa francesa retrata nuestro país, desde 1978 al presente, a partir de canciones y danzas. aparecen Charly García, canciones escolares, pero no Macri.
En 1981, Jean-Claude Penchenat, director de teatro francés, creó la obra Le bal. Sobre ella, el italiano Ettore Scola hizo la película homónima, de 1983. En 2017, la coreógrafa francesa Mathilde Monnier y el escritor argentino Alan Pauls estrenaron, con un elenco de doce bailarines argentinos, El baile, en Le Quai-Centre Dramatique National Angers. Ese proyecto retoma elementos de Penchenat y de Scola pero, en lugar de pretender contar, a través de la danza, la historia francesa, lo hace con la historia argentina reciente.
—Es difícil imaginar a un escritor en una obra de danza. ¿Qué rol cumple Alan Pauls?
—La verdad es que sí, es ini- maginable que Alan haya aceptado. Todavía no lo puedo creer. Pero su presencia es muy importante para la obra. El escribió una sinopsis y, sobre todo, discutió y dio pistas de trabajo.
—La obra comienza en 1978. ¿Por qué ese año y qué trans- formaciones marca la obra hacia el presente?
—El 78, el fútbol, la dictadura, el fin de la dictadura, los disparos, la lucha de las Madres por hablar y existir y sacar a la luz lo que había sido escondido, prohibido. Los cambios de go- bierno, Menem, las crisis monetarias, pero también la adolescencia de Alan. No contamos la gran historia, sino más bien pequeñas historias, en las que hay signos de la otra. El baile se convirtió en el baile de una juventud argentina globalizada,
que se parece a mucha juventud de hoy, que no quiere ir hacia su pasado, que quiere crear su futuro sin olvido del pasado pero sin peso. Mientras, aparecen fantasmas porque, como todo país, la Argentina tiene sus fantasmas: los artistas, los escritores, como Borges, Sabato, Bioy, Cortázar, Arlt… sus libros nos persiguen y atormentan.
—“El baile” llega hasta el presente. ¿Aparecen referencias a Macri?
—Lo que está presente en la obra son las canciones y no los personajes. Macri no está presente porque la obra no es realista. Pero en el proceso de creación de dos años, la obra inevitablemente fue atravesada por los acontecimientos y las fuerzas de resistencia en curso, los movimientos de protesta y las nuevas formas de creación. —¿Qué música aparece, para representar al país?
—Usamos, sobre todo, fragmentos de canciones de la memoria de los bailarines, que las interpretan en vivo: canciones infantiles, canciones que vienen de la escuela, himnos militares, canciones que no representan a la Argentina pero testimonian una época y una situación colectiva: Charly García, Favio, El Mató a un Policía Motorizado, etc. Y tango: no quería y no podía evitarlo.