Perfil (Domingo)

El Gobierno sostiene a sus ministros

- ANDRES FIDANZA

Esta vez con Mauricio Macri fuera del foco de las denuncias, desde Casa Rosada apuestan a que tengan un desenlace similar al que tuvo la filtración de los Panamá Papers. En concreto, esperan que la trama de las sociedades offshore montadas en paraísos fiscales, ahora por parte de los ministros Juan José Aranguren y Luis Caputo, se convierta en un tema intrincado y de bajo impacto mediático, al punto de terminar diluido y olvidado. “No hay nada irregular. Es lo mismo que tener una sociedad anónima”, opina un asesor presidenci­al, interesado en dar por cerrada la controvers­ia de los Paradise Papers y que el asunto no se instale en la agenda mediática. Lo más parecido a una revisión (auto)crítica sobre la situación de Caputo y Aranguren provino de la Oficina Anticorrup­ción, a cargo de la ex diputada macrista Laura Alonso. Extremando la presunción de inocencia, la OA abrió un sumario y les pidió que expliquen por escrito cómo fue su relación con las empresas offshore, para determinar si existió un conflicto de intereses. Alonso a su vez pidió al ministro de Justicia, Germán Garavano, autorizaci­ón para acceder a los anexos reservados de las declaracio­nes juradas de Caputo y Aranguren. Mientras tanto, desde la Rosada les dan un apoyo sigiloso y blindado a sus dos ministros. No perciben delito ni falta de ética alguna, a pesar de que el senador Fernando “Pino” Solanas denunció penalmente al ministro Aranguren. Lo acusó de “ocultar deliberada­mente” sus vínculos con dos empresas offshore de la petrolera Shell, una de las cuales ganó 13 licitacion­es públicas en 2016.

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