Bebidas: el impacto de la suba de impuestos
Estas industrias relacionadas con el alcohol tienen un esquema muy interesante, como puede verse a continuación: ¿cuánto es el consumo de bebidas espirituosas? Dicho consumo es de 1,1 litros por año, en tanto que el consumo de cerveza es de 3 litros por año y el de vinos es de 3,9 litros por año, siempre sobre los consumos per cápita. En cuanto al alcohol consumido, es de 48,9% para el vino y de 37,2% para la cerveza, y para las bebidas espirituosas es de 13,9%. La alícuota efectiva de este último rubro es de 25%.
La baja del impuesto para uno de esos productos espirituosos como es el whisky permitió reducir mucho el mercado informal en el pasado. La alícuota de impuestos internos era de 50% nominal en 1991 y el mercado informal llegaba casi al 60% del total del mercado de whisky. Por acción de la cámara respectiva, la alícuota fue bajando en aquellos años de ese 50% hasta el 12% y el mercado informal también bajó casi en la misma proporción. Actualmente, la alícuota es de 20% nominal y la parte informal se ha mantenido constante en un 12% del mercado, lo que es un gran logro, de acuerdo a nuestras estimaciones.
Gracias a este esquema, el con su mo i n for ma l se ha mantenido muy bajo en nuestro país, lo que es un objetivo muy deseado. Solo llega al 4% de total del mercado en tanto que en Brasil es de 35%, en México es de 25% y en Perú llega al 27% del mercado total. No hacen falta mayores comentarios al respecto.
Ahora se ha introducido un propuesta de reforma tributaria sobre los consumos de bebidas espirituosas que eleva el precio en un 11%, cuando desde 2007 el precio se había estabilizado muy bien en el valor que ahora tenía. Por eso, estimamos que va a tener un efecto muy fuerte sobre los niveles productivos de esta industria. Tomando en cuenta los niveles productivos de 2016, nos encontramos con un cálculo de caída del 30% hasta 2020, fecha límite de esta figura gradual de reforma.
¿A qué se debe este impacto tan grande sobre la producción? Lo que ocurre es que la tasa efectiva del impuesto aumenta 60% con esa variación del impuesto que está considerando el Gobierno. Puede ser bueno llamar la atención sobre este aspecto del impuesto, que para un valor de $ 33,9 por cada $ 100 en el mercado de bebidas espirituosas ahora se pasa a $ 55, es decir que sube ahora a más del 50% del precio unitario de cada bebida, según la clasificación que se utilice.
También queremos llamar la atención sobre la ocupación de esta industria, que caería en un porcentaje importante, por la caída de la producción. Se estima que esa caída en tres años podría ser del 30%, una cifra que debería investigarse bien.
En definitiva, la pérdida para el sector podría ser muy fuerte, en total en 2020 llegaría a $ 1.711.315.593, una cifra interesante como para reconsiderar el nuevo sistema. Las bebidas espirituosas, con el 13% del consumo de alcohol del país, ya hoy aportan el 50% del esquema de recaudación de estos impuestos específicos. Es un buen momento para repensar la propuesta.
La paulatina baja de los impuestos a las bebidas espirituosas redujo la informalidad
*Economista. Estudio Ferreres & Asociados.