Expectativa de los pacientes
“La retinosis pigmentaria es una enfermedad degenerativa de la retina por la cual se produce en forma progresiva una atrofia de la capa externa de la retina, a nivel del epitelio pigmentario. Al irse atrofiando, el paciente va perdiendo visión”, explicó Gustavo Casanova, oftalmólogo de la Clínica de Ojos Juan B. Justo, de Mar del Plata, y especialista en patologías vitreorretinales. “En general, la forma más frecuente comienza desde el campo visual periférico y va avanzando hacia el centro. El paciente tiene como síntoma inicial pérdida de visión en la oscuridad. La forma más frecuente comienza a manifestarse luego de los 20 años y genera lmente hacia los 50 los pacientes terminan perdiendo al visión”, explicó el cirujano. “En la actualidad no hay un tratamiento para poder frenar esta enfermedad; se está investigando a nivel de terapia génica. Hoy por hoy el único sistema que puede llegar a revertir algo, a devolver parte de la visión, es el Argus II”, sostuvo. “Hay mucha expectativa por la incorporación del tratamiento al país. A los pacientes les cambia la vida, ya que los ayuda a tener mayor autonomía”, indicó Casanova, quien viajó a Michigan, EE.UU., para perfeccionarse en el implante del dispositivo y aspira a convertirse en el primer médico argentino en realizar dicha cirugía. Se estima que la retinosis pigmentaria afecta a cerca de 200 mil personas en todo el mundo. En Argentina, la cifra asciende a 10 mil pacientes, según la Fundación Argentina de Retinosis Pigmentaria (FARP), ONG que se dedica desde 2008 a difundir y a asesorar sobre temáticas relacionadas con esta patología (retinosis@hotmail.com). Para Francisco Albarracín, presidente de la FARP, el nuevo dispositivo Argus II mejora la calidad de vida de los pacientes, pero no resuelve la enfermedad. Y, además, implica un alto costo (el valor del implante y la rehabilitación posterior puede llegar a US$ 150 mil). “La barrera mas grande en el país y el mundo es el costo”, reconoció Casanova.