“sueño con la libertad, pero en este contexto es difícil”
La chicana que le envió vía Twitter Milagro Sala al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por las “piletas pintadas” en la Costanera Sur resume en parte cómo pasa sus días en la casa del dique La Ciénaga. Mientras toma mate con su esposo, Raúl Noro, la dirigente accedió a un diálogo telefónico con PERFIL para detallar cómo son sus días de encierro, aunque pidió expresamente no charlar de las causas que tiene en la Justicia. Responder cartas, mirar telev isión y leer El arte de ganar de Jaime Duran Barba son algunas de sus actividades en sus días de encierro. “Sueño con la libertad. Pero en este contexto es difícil”, admite.
—Se cumplen los dos años de detención, ¿cómo se encuentra?
—A veces estoy triste, a veces estoy inquieta. A veces bien. Hubo y hay un hostigamiento permanente contra mí. Primero me costaba entender por qué estaba presa, luego me di cuenta: por ser negra, colla e india. Acá tengo toda la casa rodeada de alambres de púa, 24 cámaras, 26 gendarmes y un camión.
—¿Personalmente cómo lo lleva?
—Me gusta escribir, leer y cocinar. Ahora estoy escribiendo un libro con mi marido. Me la paso leyendo. Esta semana terminé de leer el libro de Duran Barba. Viste que en la política hay que entender al adversario. El les enseña a los funcionarios a mentir. Y esa mentira la gente cree que es verdad.
—¿Cómo pasa el día?
—Lavo la ropa y cocino. En realidad, cocino de todo. El otro día hicimos milanesas a la napolitana con papas fritas. También me dedico a responder una por una las cartas que me mandan, no solo desde Argentina sino desde Rusia, España e Italia. En total me habrán mandado diez mil cartas, me las traen los compañeros que me visitan.
—¿El encierro afectó la relación con su marido?
—Nosotros continuamente cuando estamos en la cama miramos tele y nos agarramos la mano. También desayunamos juntos, siempre estamos mimándonos. Una pareja siempre se tiene que fortalecer en la adversidad. Por ejemplo, hace tres días le corté el cabello. Continuamente nos damos mucho cariño. Igualmente, cuando algo falla solemos hablar. Con todo esto él se puso muy mal, nunca pensó que íbamos a pasar por esto. Lo sigo amando como el primer día y lo volvería a elegir.
—¿Cree que en algún momento va a salir en libertad?
—Sueño con la libertad. Pero en este contexto es difícil. Acá en Jujuy es un laboratorio de experimentos. En caso de salir, voy a seguir militando.
“Paz, fuerza y alegría”, se despide.